Los 12 Niños tailandeses que, hace 9 días, quedaron atrapados en una cueva están en buen estado. Ha sido hallados por equipos especiales de rescate en una cueva totalmente abnegada por las lluvias que colapsaron el lugar, hace ya dos semanas.

Los pequeños, de edades comprendidas entre los 11 y los 16 años, y su monitor están algo desorientados, como ea de esperarse en cuanto al tiempo transcurrido. El lugar, a unos 4 kilómetros de la entrada a la cueva, está oscuro con agua, en algunos puntos de esa cueva laberíntica se han medido hasta 5 metros de agua.

En el equipo de rescate, especialmente encontrar a los pequeños, han participado varios países como Reino Unido y Australia.

Los héroes del rescate

Como en la mayoría de catástrofes, siempre aparecen personas dispuestas a entregar su vida y sus conocimientos en pos de ayudar a los demás. El caso de los niños y su monitor atrapados en una cueva tailandesa no es la excepción. En este operativo trabajan especialistas de Estados Unidos, Tailandia, Japón y como ya he mencionado, Australia.

Los pequeños fueron hallados por dos submarinistas de origen británicos integrantes del Consejo Británico de Rescate de Cuevas, una entidad especializada que agrupa a buzos expertos, rescatistas y espeleólogos.

Rick Stanton es bombero y John Volanthen, el compañero con el que encontró a los niños, ingeniero.

Han sido los primeros adultos que hablaron con ellos y los tranquilizaron. Y han sido, también ellos, los que transmitieron tranquilidad a las familias de los menores desaparecidos el pasado 23 de junio. Ninguno ha realizado declaraciones que pudieran generar falsas expectativas. El rescate de los niños no será inmediato. El paso dado es inmenso, pero aún falta sacarlos de allí.

Los 12 niños integran un equipo de fútbol, el 23 de junio, decidieron celebrar junto con su monitor dando un paseo por una de las cuevas más visitadas del país, Tham Luang Nang Non. Una cueva especialmente visitada por las personas oriundas de la zona por una imagen de Buda que se encuentra en su interior.

Sin embargo, las intensas lluvias, impidieron que los jóvenes y el entrenador pudieran salir del lugar.

Los niños y el adulto que los acompañaba dejaron, aquella mañana, las bicicletas con las que habían llegado hasta allí atadas con candados. Esto facilitó las tareas de búsqueda, aunque sin nada más concreto que las bicicletas, el operativo para hallarlos se situó exactamente en ese punto.

El trabajo de los próximos días o semanas ya está diagramado. Los equipos de rescate han planificado las labores dividiéndolas en 4 etapas. La primera será hacerles llegar a los pequeños y su monitor de 25 años, comida y suministros indispensables para la supervivencia.

Los próximos días, y ya en la segunda fase de la operación rescate, varios médicos revisarán a los atrapados y supervisarán que la calidad del aíre sea la adecuada.

También un grupo especializado constatará que no haya peligro de derrumbe en la zona donde se encuentran los niños.

Mientras los especialistas continúan con la tarea de drenaje, una tercera etapa del plan de rescate, prevé enviar más alimentos. En esta ocasión se lo haría para un período de hasta 4 meses. El último punto de esta operación es enseñar a los menores a bucear y a usar los respiradores. De momento solo se contemplan dos opciones para poder regresar a los niños con sus familias. Que el drenaje se pueda realizar rápidamente y las lluvias permitan que los 13 desaparecidos regresen por la misma boca de la cueva por la que ingresaron hace 9 días o que, tanto los pequeños como su monitor, aprendan a bucear y hacerlo de esta manera.