Se les denomina “influencers” y se llega a endiosarlos, poniéndolos como referentes en distintos campos. Generalmente, opinan y marcan tendencias, consiguen miles de seguidores y sus aportaciones en las redes sociales llegan a ser noticia en la prensa tradicional.

El brillo aparente de su éxito oculta historias llenas de sombras y esfuerzo, distintas personas que, al final, llegan a desnudarse su alma ante una cámara que les cuestiona y regresa al mundo cotidiano. Es lo que ha conseguido el documental ‘The American Meme” (2018), de Bert Marcus.

La presentación del documental

El pasado 27 de abril se presentó, durante el El Festival de Cine de Tribeca de Nueva York. Este festival cuenta con pocos años de vida, pero muy bien aprovechados, habiéndose hecho un hueco rápidamente.

Iniciado en 2002, de la mano del productor Jane Rosenthal y el actor Robert De Niro, surgió como una respuesta positiva ante los atentados del funesto 11 de septiembre. Con esta propuesta cinematográfica se quería potenciar la vida de la ciudad, apostar por la creatividad y dar luz a tiempos oscuros.

Paris Hilton, el inicio de un nuevo estilo

Paris Hilton descubre parte de su historia en el documental.

Se le eligió porque muchos la consideran la primera “influencer” y su nombre es mundialmente conocido.

Tres puntos a favor de tal elección son: haber creado el selfie en 2006, ser la que puso de moda el cobrar porque te inviten a fiestas y haber tutelado los primeros pasos en el mundillo de los Famosos a Kim Kardashian.

Efectivamente, parte de sus declaraciones son referencias a su vida como “hija de papá” y famosa extravagante.

Sin embargo, pronto descubre que su vida pública, en parte, era el personaje creado para las masas. Una especie de “rubia tonta” que servía a los intereses de sus representes. Durante la entrevista para el documental, llega a confesar que cambiaría su vida por otra donde fuese mejor apreciada, pudiese casarse y tener una vida familiar tranquila.

Sobre las redes sociales, reconoce que no eliminará las suyas personales.

Otros nombres de famosos en ‘The American Meme’

Brittany Furlan es otra de las elegidas. La cómica fue la persona con más seguidores en Vine, una popular red social basada en pequeños vídeos, que cerró en 2016. Con este cierre sufrió un varapalo en su camino como “influencer”. Durante el documental confiesa el poder de atracción de los malos comentarios. Reconoció que solo que viese uno ya le afectaba profundamente.

Quien no se lo tomaba tan a pecho era ‘The Fat Jew’, un comentarista y humorista que no siempre fue bien valorado.

Sobre todo, porque se descubrió que parte del material que subía no era suyo, ni él se encargaba de reconocer la fuente. Su influencia y buen ojo para el negocio le llevaron a vender vino rosado. Y le fue tan bien que los adolescentes lo compraron en grandes cantidades y llegó a ser el vino rosado más vendido de la nación.

Son solo dos ejemplos de famosos con redes sociales, pero las historias se multiplican, dando a ver las sombras tras el oropel de la fama.