Cada año, al inicio de la Cuaresma, el Papa lanza al mundo un Mensaje. El destinatario principal son los fieles católicos, pero, en ocasiones, como sucede este año, se abre a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, buscando lo que nos une. Suele reflexionar sobre algún pasaje bíblico y reproponer la tríada cuaresmal: oración, ayuno y limosna.

Una curiosa imagen dantesca y un versículo llamativo

Cara el centro del mensaje, Francisco toma de Dante la imagen del demonio como señor entronizado en hielo. Y lo sintoniza con el versículo que da título a su discurso: Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría (Mt 24, 12).

Aquí tenemos la clave para esta Cuaresma: reavivar el amor a Dios y al prójimo. Aquí queda constancia de un peligro: que el corazón se hiele.

Este enfriamiento es el resultado de las palabras que transmiten los falsos profetas. Son personas que se aprovechan de otras, esclavizándolas, controlándolas, manejando sus emociones. Son charlatanes que venden una existencia placentera, con soluciones rápidas, deslumbrantes, pero, finalmente, vacías y sin fondo. El Papa elabora una lista negra de peligros que desvirtúan la verdadera existencia humana:

  • las drogas
  • el placer rápido, mas efímero
  • las ganancias fáciles, basadas en negocios deshonestos
  • las relaciones virtuales, sin base en el trato físico personal

En resumen, todo lo que no es valioso y nos quita lo que vale: la dignidad, la capacidad de amar, la libertad.

Las consecuencias de un corazón helado

El enfriamiento del amor no se queda en el adormecimiento personal y la apatía individual, sino que se contagia e impregna el ambiente. Así, las consecuencias de una existencia menguante revierten en tristeza, alejamiento de Dios, olvido de los demás, violencia ante personas y hechos que contradicen nuestras expectativas.

Pero hay más, porque lo personal influye en lo comunitario. Y la acción humana repercute negativamente hasta en el cuidado de la Tierra. El Papa, una vez más, hace referencia al medio ambiente y denuncia la contaminación de tierras y agua, del cielo y los mares.

Las armas de la Cuaresma y el regreso a una vida plenamente humana

En el Mensaje para la Cuaresma 2018 no pueden faltar los 3 remedios tradicionales para la conversión: la oración, el ayuno y la limosna. ¿Cómo los presenta Francisco este año?

  • La oración como oportunidad de profundizar en nosotros mismos y abrirnos al Misterio.
  • El ayuno como herramienta para debilitar nuestra violencia y sintonizar con todos los hambrientos, con los que sufren porque no tienen qué comer. Positivamente, el ayuno nos despierta y hace tomar conciencia de todo lo que somos y tenemos, abriéndonos al agradecimiento.
  • La limosna, que no es un simple dar algo al necesitado. El Papa desea que se convierta en un estilo de vida, en un compartir, porque reconozco al otro como alguien como yo. Y también me doy cuenta que lo que tengo solo me sirve para la vida terrena.

En resumen, una toma profunda de conciencia y la apertura a una vida plena, en sintonía con la humanidad, la Tierra y Dios.