Estos días pasados, muchos medios de comunicación se han hecho eco del inicio del nuevo año chino. Sin embargo, ha pasado desapercibido el inicio de un nuevo tiempo, dentro del calendario litúrgico.
También han sido noticia los distintos carnavales y el tradicional fin de los mismos, el entierro de la sardina. Pero no han tenido la misma repercusión las celebraciones del miércoles de ceniza. Conozcamos un poco más qué es la Cuaresma y por qué hay ciertos cambios en la Iglesia durante estos días.
Deseo a todos un camino cuaresmal rico de frutos; y les pido que recen por mí y mis colaboradores, que hoy empezamos la semana de Ejercicios Espirituales.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 18 de febrero de 2018
La Cuaresma es una revisión y puesta a punto
La Pascua es la fiesta más importante del calendario litúrgico de la Iglesia Católica, así que se prepara con 40 días de antelación.
La idea de esta cuarentena es la de revisarse uno a sí mismo y ponerse en una nueva disposición. Para los creyentes, consiste en recordar su bautismo, pedir perdón por todo lo que no es cristiano en sus vidas y cambiar de mentalidad y conducta.
Lejos de una imagen puramente espiritual, la Cuaresma pide dar el callo, concretar los cambios, de modo que se manifiesten. No es un simple acallamiento interior de la maldad, sino una verdadera transformación. Por eso siempre se habla de la tríada cuaresmal: oración, ayuno y limosna.
La oración pone de nuevo en contacto al fiel con Dios, el ayuno le lleva a unirse a todos los hambrientos del mundo y a agradecer lo que tiene, mientras que la limosna implica salir de sí mismo para acercarse al necesitado.
Si uno, y la comunidad de la Iglesia, se mete en esta dinámica, la fiesta de la Pascua supondrá un renacimiento, un reencuentro con el hermano humano y el Padre divino.
El @Pontifex_es nos da estas claves cuaresmales en su Mensaje para la Cuaresma 2018.
— Félix (@undelouredo) 20 de febrero de 2018
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La cuarentena
El nombre de Cuaresma hace referencia a los 40 días que dura este Tiempo.
Pongo esa T en mayúscula a conciencia, y es que el calendario litúrgico se divide en diversos Tiempos (Adviento, Navidad, Ordinario, Cuaresma y Pascua), que se designan como nombre propio.
En la Biblia, el 40 aparece relacionado con el tránsito, el cambio, la metamorfosis. Así, el pueblo hebreo camina por el desierto 40 años, hasta llegar a la Tierra Prometida.
Las dos veces que Moisés subió al Sinaí, durante esa misma peregrinación o Éxodo. Los 40 días de Jesús en el desierto, antes de comenzar su vida pública. Finalmente, como nota curiosa, es el tiempo que los médicos recomendaban aislar a posibles enfermos de ciertas enfermedades.
La Pascua es la meta
La regla común para calcular la Pascua es el domingo posterior a la primera luna llena de primavera. Los 40 días anteriores son preparación para esa fiesta, de modo que tenga tiempo, quien lo desee, de cambiar de vida.
Muchas veces se ha dicho que una costumbre se asienta al repetirla, al menos, durante 20 días. Pues la Cuaresma es el doble. Pero todo lo que se medite, cambie y realice debe ser en función de la fiesta, de la Pascua.