En pleno siglo XXI, la igualdad de géneros sigue siendo una utopía y la violencia contra las mujeres y las niñas es, según Amnistía Internacional, la violación de los derechos humanos más habitual y que afecta a un mayor número de personas. Además, esta forma de violencia, se presenta de diferentes maneras, pero afecta a todas las mujeres del mundo, no importa cual sea su clase social, su raza o su cultura.

Las mujeres y niñas de todo el mundo cargan desde que nacen con la gran lacra social que es la violencia de género. Son sometidas a matrimonios forzosos, violaciones, acoso sexual, amenazas... todo por el simple hecho de ser mujer. Una vida sin violencia es un derecho humano, olvidado en muchos casos por los hombres y consentido por la sociedad de hoy en día. Sociedad que contempla y permite, como por ejemplo en los últimos meses, que un gran número de mujeres en la India hayan sido violadas y asesinadas periódicamente.

Cada día se pueden encontrar noticias de algún tipo de violencia de género, por lo que la sociedad se ha acostumbrado ya a esto y no se angustia al leer cómo niñas menores de 10 años tienen que prostituirse a cambio de agua en Haití, o como una mujer es asesinada cada 30 horas en Argentina.

El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la violencia contra la mujer es “un problema de salud global de proporciones epidémicas” , tanto es así que se asegura que “cerca del 35% de todas las mujeres experimentarán hechos de violencia ya sea en la pareja o fuera de ella en algún momento de sus vidas”. Respecto a la violencia de pareja afirma que “es el tipo más común de violencia contra la mujer, ya que afecta al 30% de las mujeres en todo el mundo” y que “una de cada cuatro mujeres será víctima de violencia sexual por parte de su pareja en el curso de su vida”. En ese informe se llega a afirmar que además de la violencia física, en una tercera parte de estos casos se producen también abusos sexuales y que en algunos países, hasta una tercera parte de las niñas señalan haber sufrido una iniciación sexual forzada; cifras verdaderamente alarmantes.

¿Cuál es la solución?

Actualmente, son muchas las campañas y cumbres para intentar frenar la violencia de género, pero la eficacia de estas no se ha demostrado aún. Se emplean muchos recursos en campañas publicitarias, incluso en aplicaciones digitales, para mentalizar a la población sobre la prevención de la violencia sexual, sobre la necesidad de que las mujeres denuncien las agresiones, y en definitiva, sobre la necesidad de que toda la población adopte una postura de empatía con las victimas y contra los agresores.

Aun así, ciñéndose a los datos que las diversas asociaciones y los gobiernos facilitan, queda claro que hacen falta cambios en las leyes que protejan a la mujer y que castiguen a los culpables.