La alimentación es fundamental para cualquier ser humano, más aún en los niños que están en continuo crecimiento, además constituye un derecho tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud, cuando afirma que todos los Niños tienen derecho a una buena alimentación, ya que un alto porcentaje de las muertes infantiles están asociadas a la desnutrición.

Como esté estructurada una buena alimentación, va a depender de la edad del niño, pero en general ya a partir de los 9 meses que está incorporado a la dieta familiar, se van incluir en el menú diario las meriendas.

Alimentación del niño

En los primeros 6 meses la alimentación del bebe debe ser la lactancia materna exclusiva, a partir de allí se da inicio a la introducción de nuevos alimentos en la dieta, es a lo que se llama alimentación complementaria. Como luego de los 6 meses aún debe seguir con la lactancia materna y la alimentación complementaria debe ser progresiva, se recomienda dar 3 comidas además de la lactancia.

Pero ya a partir de los 9 meses se recomiendan 3 comidas más una o dos meriendas, individualizando según las necesidades del niño y tomando en consideran que luego del año la velocidad de crecimiento es menor, por lo tanto también disminuyen las necesidades nutricionales, y esto se mantiene hasta el inicio de la pubertad.

¿Qué es la merienda?

La merienda es una comida ligera que se puede hacer ente el desayuno y el almuerzo o a media tarde, entre el almuerzo y la cena. En muchos países es una costumbre para todos, sin embargo para los niños cobra especial interés, ya que el niño se encuentra en una etapa de crecimiento, y representa un aporte de energía necesaria para continuar las actividades diarias, tanto físicas como académicas.

Por otro lado está comprobado que hacer meriendas disminuye la ansiedad por comer, por lo cual a la larga evita el sobrepeso, además de que evita el ayuno prolongado con todas sus consecuencias sobre el metabolismo y ayuda a mantener constantes los niveles de glucosa en la sangre .

¿Cómo debe ser?

No tiene por qué convertirse en una pesadilla para los padres la merienda de los niños, no tiene por qué ser algo elaborado.

Para el niño una merienda puede consistir simplemente en una fruta o yogurt, en un batido o merengada, o bien un trozo o pieza de pan, tarta, pastas o galletas, acompañado de alguna bebida. En cantidades que no sean excesivas y en horas razonables, para evitar interferir con la siguiente comida.