Has oído hablar de chicas que hayan el amor mientras esperan en una cafetería o que crean un blog que se hace famoso de la noche a la mañana. ¡Qué suerte la de ellas! Parece que flotan en una nube encantada donde solo les suceden cosas buenas, mientras que las otras menos afortunadas se pasan la vida tropezando con miles de dificultades. Bueno, ese fenómeno de buena o mala suerte está por cambiar.

Las últimas investigaciones demuestran que esa clase de eventos afortunados (o desafortunados) está muy lejos de ser casual. La gente tiende a acreditar el resultado de los eventos significativos a la buena o la mala suerte, pero hace falta que mucho más que una racha de buena fortuna para que pase algo bueno.

De hecho, los nuevos estudios sugieren que la mayoría de las cosas que ocurren en nuestras vidas están completamente bajo nuestro control. En otras palabras, tendrás suerte si tú misma la generas y la atraes. Hay una serie de rasgos clave que pueden determinar si alguien tiene buena o mala suerte.

Imagina que te pasan cosas fabulosas

Por qué funciona: ¿Qué suena como decir abracadabra? quizás. Pero si imaginas que consigues el trabajo soñado o el hombre perfecto para ti, de hecho es más probable que es ocurra. La visualización te ayuda a concentrarte exactamente en lo que deseas y te mantiene enfocada en tu objetivo hasta que lo alcances. Libérate de las emociones negativas y transforma tu vida.

Como lograrlo: si quieres una promoción laboral, no la vas a obtener sentada en casa, pensando en lo poco que te pagan en el puesto que ocupas ahora. Pero si te imaginas en la posición que ambicionas, es mucho más probable que desarrolles las cualidades necesarias para ese trabajo. Comienza por pensar en las cosas que harías si te dieran el puesto.

¿Qué tan segura te sentirías en ese nuevo escritorio? ¿Cuantas nuevas ideas y proyectos presentarías para elevar la eficiencia? ¿Cómo harías para ayudar a los menos experimentados? Cada detalle que le añadas a la imagen contribuirá a convencer al subconsciente de que tus metas son reales y alcanzables, no abrumadoras ni temibles.

Aprende a relajarte

Por qué funciona: mucho de lo que llamamos suerte depende de vivir en el presente. Si siempre estas planeando cada minuto del día o tienes visión de túnel con respecto a lo que haces en el trabajo, no notarás una buena oportunidad cuando se te cruce en el camino.

Como lograrlo: tomate una píldora imaginaria para relajarte. Si evitas administrar cada aspecto de tu vida y empiezas a aligerar un poco tu agenda, veras que te calmas al instante y comienzas a notar cosas que antes no notabas. No tiene que ser un cambio muy drástico. Sencillamente empieza despacio, eligiendo al azar algunos momentos para no seguir un plan estricto.

Cambia las cosas

Por qué funciona: la buena fortuna probablemente no vendrá a buscarte si estas vegetando en el sofá, mirando televisión de noche tras noche o encontrándote con tus amigas en el mismo sitio para almorzar todos los sábados.

Cuando caes en la rutina, le estas cerrando la puerta a las nuevas posibilidades que podrían cambiar tu vida. Nadie atrae la suerte sentada esperando a que algo pase. Entrar en acción, probar cosas novedosas y salir a buscar la oportunidad es lo que lo atrae.

Como lograrlo: estar en el sitio indicado en el momento preciso es jugar a las probabilidades. Mientras a mas lugares vayas, más probable será que te encuentres en el lugar indicado. Los cambios menores también pueden traer grandes resultados. Por ejemplo, de vez en cuando cambia la ruta para ir a la oficina. Ver cosas nuevas activa el cerebro y quizás te haga pensar de modo diferente; así tendrás un enfoque más fresco al llegar al trabajo.