Pasaste por una situación incómoda y molesta con tu mejor amiga, terminan reclamándose hasta cosas que pasaron hace miles de años y cuando se les acaba el repertorio, se van sin pretender volver a hablar en la vida. Lo malo es que a la segunda semana probablemente sientes que tal vez no fue tan grave la situación, y ahora no sabes si hablarle o no.
Antes que nada, hay que ver fríamente las cosas y ver qué tan grave fue en realidad el asunto. Cuando uno se enoja con alguien, tiende a decir cosas de las que luego puede arrepentirse, y si es tu mejor amiga, sucede que uno dice cosas que sabes que van a lastimar.
Si deseas hablar con ella, sería bueno esperar que los ánimos se hayan calmado un poco (esto no quiere decir que te esperes a que pase un año) para poder hablar tranquilamente. Del mismo modo, sería bueno buscar un territorio neutral para conversar.
Es allí donde quizás te preguntes: ¿Quién debe perder perdón? – Este es el punto más escabroso de todo el asunto y no siempre es fácil que seamos muy objetivos. Lo que sucede es que ambas se sienten igual de ofendidas y no están dispuestas a ceder. Antes que nada, hay que ver que tan grave fue en verdad el problema y si debes ceder o no.
“Siempre soy yo la que me disculpo”: El bendito orgullo
Muchas veces se da el caso que es una de las Amigas la que siempre está pidiendo perdón.
Pero aunque ella sea la que se disculpa toda la vida, no significa que todas las veces fue su culpa.
En ocasiones hay que aprender a diferenciar entre ser buena gente y que te usen por ello. Si, por ejemplo, descubres que tu amiga ha estado hablando pestes de ti a tus espaldas, no es lógico que seas tú la que se disculpe después.
¿Y entonces? Si sientes que tuviste razón en enojarte y que no te toca pedir disculpas, pero deseas reconciliarte con tu mejor amiga, lo que puedes hacer es pedirle que se vean para hablar con calma del problema. Ahí podría decirle tranquilamente que fue lo que te molestó y por qué razón. Puede que tu amiga ni se imaginaba que eso te había molestado.
Después de todo, cualquier se tropieza alguna vez en la vida. Así que llego la hora de mandar a volar al orgullo y reconciliarte con tu mejor amiga. Ceder y aceptar que cometemos errores no es faltarse el respeto a sí mismo, ni darse un golpe en el amor propio.
Ya no quiere ser mi amiga
Pero aunque haces todo lo posible, tu mejor amiga no quiere volver a saber nada de ti en la vida. Si de ser tu mancuerna, de pronto se vuelve tu enemiga declarada y hace todo lo posible por dártelo a entender, en realidad no creo que te haya tenido mucho aprecio como parecía. En este caso, es mejor centrar tu atención en el resto de las personas que habitan el planeta y no darle tanta importancia.
Igualmente, si ella todavía se siente muy ofendida contigo y no quiere disculparte, no puedes presionarla. Es mejor que dejes en paz el asunto por el momento y que no caiga en saco roto la lección de que si no vas a decir nada bueno o a hacer nada bueno, mejor no lo digas ni lo hagas.