Cada ser humano nace con una facultad muy interesante, la libertad de tomar una decisión. Los animales en cambio actúan por instinto. Según las leyes humanas, existe una mayoría de edad para ser responsable y asumir las consecuencias de las decisiones que tomamos. Antes de esa mayoría de edad en muchos países los padres deben responder por lo que hagan los hijos.

Cómo usar el libre albedrío

Para todos los religiosos, que son muchos y están en todo el planeta, cuando se creó a los seres humanos se les dio la capacidad de tomar decisiones. No eran un robot, más bien podían planificar y establecer un criterio.

En otras palabras el libre albedrío es un don o regalo junto con la Conciencia.

Esto es más interesante aun cuando observamos a un joven haciendo cosas malas. Por lo general las hace escondido, como copiarse en los exámenes por ejemplo. La conciencia lo acusa pero usa el libre albedrío de una manera errada. Cuando ocurre este evento existe un choque entre estas dos cualidades.

Igual sucede cuando los que dirigen un país poderoso planifican una guerra. Tienen la libertad de decidir recurrir a la diplomacia y por otra parte la conciencia les advierte que una guerra trae más consecuencias negativas que positivas. Muchas veces dominados por la adrenalina y el deseo de poder, toman decisiones usando mal el libre albedrío, ignorando a la conciencia y sin usar otra facultad que poseen los humanos, el razonamiento.

La sociedad copia los ejemplos de los que los gobiernan. Por ejemplo en los países donde los gobiernos son muy corruptos, los civiles empiezan a hacer lo mismo. Aunque la conciencia y la razón están en la mente de todos, el argumento de que el libre albedrío nos da derecho a hacer lo que queramos prevalece y la sociedad se enferma por culpa de personas que estando en una posición en que debe ser ejemplos se vuelven peores que un animal feroz.

¿La libertad de decisión tiene límites?

Sin embargo, al parecer todas estas cualidades son solo un aviso de una verdad que siempre se cumple, de que todo lo que hagamos tiene consecuencias. Consecuencias para nosotros mismos o para los que nos rodean. De ahí quizás viene la expresión una conciencia atormentada o un cargo de conciencia.

El libre albedrío, más que la libertad absoluta de tomar decisiones, puede referirse a la libertad de tomar decisiones aprobadas por la conciencia y la razón. En otras palabras, es la libertad de elegir pero solo entre las cosas buenas. Por ejemplo hoy no quiero comer manzanas, comeré peras. Pero decidir hacer cosas malas es penado por la misma ley humana por que hasta ese punto no llega el libre albedrío. El problema es quien castiga a los que controlan el poder.