Hablar de Moral en cualquier sociedad es como caminar con los ojos vendados en un campo de minas: pisas y la explosión de personas atacándote te hará perecer.

Así como han habido millones de personas en la historia que han escrito miles de libros sobre moralidad y normas de comportamiento ciudadano, de la misma manera han habido millones de seres que han violado cualquier código moral escrito por sus semejantes, en su afán de sublevarse y perpetuar el libre albedrío sin normas que los limiten. Cualquiera de los dos tópicos es válido, dependiendo de la historia cultural de la sociedad y del punto de vista de sus ciudadanos.

Sin embargo, el mecanismo de nuestra consciencia e inconsciencia nos impide actuar con suficiente razón como para no ceder ante las placenteras tentaciones que nos presenta la vida.

Pareciese como si habitaran dos seres en un mismo cuerpo; donde cada uno jala una cuerda en diferentes direcciones a la vez, y tú no sabes que decisión tomar porque la incertidumbre no te permite actuar lógicamente.

Lo que más curiosidad causa el tema, es que el ser humano puede llegar a su máxima capacidad de hacerse daño a sí mismo (también a los demás, pero sólo me enfocaré hacia su persona), y en algún punto, llámese magia o cualquiera de las causas divinas o materiales que deseen asignarle, toma consciencia de sus actos y de lo perjudiciales que han sido e intenta remediar ese daño.

El ser humano no es tan malo como parece

Después de todo, vemos al ser más cruel ayudando a una anciana a cruzar la calle o cediendo su asiento en el transporte público para que alguien con necesidades especiales lo utilice. Todos hemos sido buenos en un punto y también hemos sido malo en otros; y eso no significa que seamos mejores o peores personas: sólo somos humanos.

Caemos, aprendemos, continuamos. Y en las mejores situaciones, no chocamos con la misma piedra. Pero lo que no podemos pretender es hablar de "moral" a sabiendas que ni la definición del diccionario sabemos.

Tanto la cultura, los valores enseñados en la crianza, la educación recibida desde cualquier ámbito, la geografía, la historia, el idioma, las costumbres, las tradiciones y tantos elementos más, están implícitos en esas sencillas e insignificantes cinco letras, que todos y cada uno de los habitantes de este querido planeta hemos hablado en algún momento de la vida.

El porqué de la incertidumbre

Por mucho que los líderes políticos, e incluso el ciudadano común, insista en la moral como el acuerdo en donde todos actuaremos basándonos en el bien, siempre va haber más de uno que no cumplirá con eso; que no se ajustará a los parámetros; que hará lo que le plazca a sabiendas de saber que no está bien; sin embargo, el ser humano, desde un punto de vista lingüístico, es tan perfecto que creo el concepto de justicia...