La familia ya no es lo que era. La incorporación masiva de los hombres y mujeres en el mercado laboral hace que los jóvenes pasen más tiempo en la escuela que con los padres. El grupo de amigos y las nuevas tecnologías entre –internet y telefonía móvil- son elementos primordiales en la relación del joven con el entorno. Los padres lo tienen más difícil.

La escuela tampoco es la que era. Los profesores especialmente los de secundaria, dicen que en las aulas hay conflictos de indisciplina. Especialmente en la secundaria obligatoria y, en concreto en el primer ciclo (13-14 años), cuando llegan de la educación infantil y se han de adaptar a las nuevas y mayores exigencias del trabajo.

Y también a una nueva relación con los profesores, ahora más preocupados en dotarles más contenido que de enseñarles valores y normas sociales. Los profesores, pues también lo tienen más difícil.

¿Una mezcla explosiva?

Algunos profesores consideran que la secundaria, resulta más nociva cuantos más intereses distintos hay por parte de los ALUMNOS. Están, por un lado, los que quieren seguir estudiando bachillerato y, por otro, los que solo quieren cubrir el expediente y aguantar hasta los 16 años justo el límite que marca la Ley como enseñanza obligatoria. El PROFESOR, por otra parte, tiene que intentar marcar un ritmo que todos puedan seguir. Por tanto, los contenidos también se resienten si en un grupo hay muchas diferencias internas a nivel académico.

Formar y educar

Todos a una. Así deben trabajar padres y alumnos para hacer de ese joven un futuro adulto responsable, equilibrado y bien preparado por la sociedad en su conjunto, pero también por él mismo, ya que de ello puede depender el que sepa defenderse o no laboral y socialmente.

  • Padres y profesores nunca deben ser rivales o enemigos. Es bueno que dialoguen de manera frecuente. Pero no olvides que la autoridad académica la tiene el profesor. Es él quien evalúa y no puedes negociar las notas o un suspenso, a no ser que tengas pruebas de que ha sido injusto. En todo caso, puedes y deber hacerle ver los problemas y esfuerzo de tu hijo para que la evaluación sea lo más justa posible.
  • La educación entendida como las normas de convivencia. Corresponde principalmente a las familias. En cambio, los contenidos son propios de los docentes. Eso no significa que ninguno de los ámbitos se desentienda de una educación integral en materias y valores
  • Fíjate en los liderazgos negativos que pueda haber en el instituto. Un grupo de alumnos que provoca iniciar incidentes en la clase puede tener más fuerza que el ejemplo positivo de aquellos que se esfuerzan por aprender e integrarse con normalidad. Si haz detectado este problema en el instituto, debes comunicarlo a la dirección o la asociación de padres.
  • Cuidado con ser unos padres sobre protectores. Haz de trasmitirle el afán de conseguir éxito económico y la capacidad de consumir si no también que se esfuerce para conseguir sus objetivos. En resumen, la importancia del trabajo bien hecho.
  • Puede ser que el que este fallando sea el profesor. A los docentes les pueden afectar la desmotivación, estrés o el “bornout” (estar quemado profesionalmente). De ser así, como usuario de la enseñanza tienes derecho a exigir que se preste servicio en las mejores condiciones para tu hijo.

Lo importante es cómo resolver los conflictos

Hay padres que consideran que no hay conflicto especifico ni generalizado en la enseñanza secundaria.

La escuela es un reflejo de la sociedad y, por ello, no debe haber conflicto entre personas, porque en la sociedad los hay. Lo importante no es que se produzcan –porque eso es inevitable–, si no el modo de solucionarlos. Para resolver los conflictos concretos cabe trabajar la prevención especialmente la mediación y la resolución pacífica de conflictos, dotando de habilidades a profesores, padres y alumnos e implicando a todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa.