Entre los años 2009 y 2010 los “Rayados” de Monterrey obtuvieron el campeonato de la liga mexicana de fútbol. Para muchos, es precisamente esa década una de las mejores en la historia del club. En ese momento, en el tren ejecutivo del equipo, militaba David Jasso, encargado de los asuntos sociales. El curioso caso de Jasso es que había estado 8 años en el seminario preparándose para ser sacerdote.

El llamado

En una entrevista, el hoy presbítero David Jasso reconoció que descubrió su vocación a muy temprana edad. Resaltó que siempre le llamó la atención la alegría que experimentaba al sentir la presencia de Dios.

No fue si no hasta el año de 1995 cuando teniendo edad de 17 años entró al seminario por primera vez.

Dentro y fuera

Al momento de abandonar el seminario tenía 8 años de estudios sacerdotales, para luego experimentar 10 años de vida laica. Fue en este lapso de tiempo que trabajó para el Monterrey, formando parte importante del grupo directivo del equipo en cuestión. Su primer trabajo con los “rayados” fue como director de los asuntos sociales, lo que le permitía estar muy cerca de la comunidad.

El “Curita”

Así lo bautizaron en el club, debido a su paso por el seminario. En ese momento el no descubría que Dios le seguía llamando, mientras que sus compañeros de trabajo y hasta los dueños del equipo veían en él algo que ni siquiera él mismo veía.

Las Frustraciones

Conforme pasaba el tiempo y a pesar de sus éxitos con su club, Jasso no dejaba de sentirse frustrado, insatisfecho, sentimientos que no lo abandonaron hasta que regresó al seminario. En una entrevista llegó a comentar: “A pesar de viajar por muchos países, de ser campeón en el 2009 y 2010, no cesaba mi insatisfacción personal, no me llenaba nada, salvo el jugarme la vida por los demás”.

Regreso definitivo

En el año 2013 decidió retornar al seminario y culminar su sueño de ser sacerdote. Comenta que ahora vive la gran experiencia de ser sacerdote, y lo sigue llenando el jugarse la vida por Dios y por su prójimo. Dice que ahora es otra la camiseta que suda, y que como dice el Papa Francisco “pateen hacía delante, busquen el torneo que nunca acaba”.

Un mensaje a la juventud

Los jóvenes que quieran ingresar al seminario, porque sientan vocación al sacerdocio no se deberían quedar en banca, atados por las costumbres del mundo, más bien, busquen siempre ser las estrellas de sus equipos, los que más corran en la cancha, los que suden la camiseta como ningún otro.