Ciudad de México: De nueva cuenta, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (una de las principales instituciones que se encargan de preservar la justicia), se involucraron en actos que atentaban contra los derechos humanos, además de violar todo procedimiento jurídico y actuar de manera ilícita, a través de la violencia y el abuso de poder.
Desaparición y búsqueda
El pasado 23 de enero, Marco Antonio Sánchez Flores se encontraba en las inmediaciones de una zona conocida como El Rosario, un punto donde convergen distintas estaciones de transporte público, plazas y otros inmuebles. El joven de 17 años y Estudiante, acompañado por un amigo, tenía la intención de tomar una fotografía para plasmar cierto graffiti que se exhibía en un muro de la vía pública, acto que de ninguna manera es considerado como crimen ni objeto de censura.
Con un propósito inocente, Marco Antonio solicitó a un tercer joven que le apoyara posando en frente de la obra mencionada y este accedió con gusto, sin sufrir ningún tipo de amenaza o chantaje por parte del estudiante; y sin embargo, para sorpresa de Antonio, cuando se disponía a tomar la fotografía dos elementos de la policía se acercaron y advirtieron que el objetivo principal era cometer un robo y con ello, también manifestaron que el estudiante era un ladrón, sin ningún tipo de pruebas o evidencia.
Ante los argumentos de la policía, incluso la supuesta víctima declaró que no se trataba de un crimen y nadie pretendía robar sus pertenencias: él simplemente posaba para una fotografía. Aún así, los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública comenzaron a revisar la vestimenta de Marco Antonio sin ningún motivo, y cuando el joven intentó huir del abuso por parte de los uniformados, estos comenzaron a perseguirlo, solicitando, en cuestión de minutos, el apoyo de dos elementos más para someter al estudiante. Finalmente, cerca de una estación de transporte público, por lo menos tres de los policías comenzaron a golpearlo, incluso cuando Marco Antonio se tiró al suelo, indefenso, para evitar las agresiones físicas.
Una vez que lograron su cometido, los cuatro uniformados subieron junto con el joven a un vehículo oficial de la policía, argumentando que lo llevarían a la dependencia correspondiente, y donde tendrían que actuar según lo dictaminara la Ley conforme al crimen imputado. Marco Antonio, sin embargo, jamás llegó al punto mencionado, y así comenzó su exhaustiva búsqueda, misma que podría haber finalizado este lunes 29, seis días después de los acontecimientos.
De la desaparición forzada a las incongruencias
El caso de Marco Antonio, en tan sólo unos días, llegó a considerarse como un nuevo caso de desaparición forzada, pues los mismos elementos de la policía declararon que "bajaron" a Marco Antonio del vehículo donde lo trasladaban a una dependencia del gobierno, y no obstante, ninguno de los cuatro implicados ofreció detalles sobre el lugar exacto, ni las condiciones.
Tampoco se había proporcionado la información necesaria para que su familia lograra encontrarlo. Simplemente había "desaparecido".
Ante los hechos, estudiantes de diversas instituciones educativas y organizaciones civiles iniciaron la tarea de organizar una manifestación donde se exigiría a las autoridades cumplir con su deber y aclarar lo ocurrido tan pronto como fuera posible. Por este motivo, precisamente, el día de ayer, en la Ciudad de México cientos de personas contemplaron la manifestación que se llevó a cabo en el monumento conocido como Ángel de la Independencia, y en punto de las 13:00 horas.
Para sorpresa de familiares y amigos, tan sólo unas horas después, el gobierno de la Ciudad de México informó de dos situaciones particulares que han llevado a más preguntas que respuestas.
En primer lugar, se ofreció a la familia un vídeo donde, efectivamente, se comprobó que el estudiante se encontraba con vida; sin embargo, este caminaba de manera extraña y sin sentido. Posteriormente se reveló que Marco Antonio, de acuerdo con una declaración de la población civil, se encontraba en un punto ubicado a 40 kilómetros de los hechos.
De tal modo, si bien es cierto que en las últimas horas sus familiares acudieron al lugar descrito por las últimas declaraciones para identificar a Marco Antonio, ahora sólo resta que todas las incongruencias suscitadas se respondan con veracidad y rapidez.