Son miles de muertes las que podrían evitarse según la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es por ello que desde el año 2005 se ha implementado cada tercer domingo de noviembre como el día en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico.
Cerca de 1,25 millones de personas mueren cada año en accidentes de tráfico, según datos recogidos en el Informe sobre la seguridad vial mundial en el 2015.
Más de la mitad de esos accidentes mortales son provocados por vehículos que no cuentan con la matriculación obligatoria para circular.
Las cifras no son para nada alentadoras, la principal causa de muerte entre los jóvenes de entre 19 y 25 años es causada por este tipo de accidentes, especialmente en países de escasos recursos económicos.
Un gran mayoría de estos fallecimientos y las secuelas que deja podrían evitarse, si se creara un centro específico que regulara a nivel internacional esta situación. Gran parte de las vidas que se cobran estos accidentes, cerca de la mitad, son víctimas secundarias como peatones, ciclistas y motociclistas.
A su vez, existen distintos factores que aumentan la peligrosidad en las carreteras, estas son la falta de sillas protectoras para los niños, el no uso del cinturón de seguridad y el exceso de velocidad. También se suman a estos datos, la cantidad de conductores que conduce bajo los efectos del alcohol o las drogas o los que prefieren no utilizar el casco, en el caso de los conductores de vehículos de dos ruedas.
Las víctimas mortales del tránsito
Según un informe publicado por las Naciones Unidas (ONU) cada día mueren, en todo el mundo, 3.400 personas a causa de accidentes en las carreteras y vías de acceso.
Aunque parezca mentira, la falta de recursos económicos con las que muchos países cuentan, hace que el número de víctimas mortales, así como las secuelas de los que quedan con vida, aumenten.
Medio millón de vidas podrían salvarse al año, si el sistema de emergencias en estos países funcionara con un protoclo similar al de los países más desarrollados o de mayores recursos.
De los números de víctimas mundiales de víctimas de accidentes de tráfico, cerca del 90 % de ellas, se producen en países de pocos ingresos, en los que la atención sanitaria no suele llegar a tiempo. El sistema para prevenir y evitar consecuencias mayores, no termina solo en la atención médica urgente, es fundamental que se mejore, en estas regiones, el funcionamiento en general del sistema. Este debería incluir, como lo hace en los países donde mejor resultados en cuanto a víctimas de accidentes de tráfico presentan, cuentan con asistencia psicológica, servicios de rehabilitación y una reparación moral y económica justa para los heridos y familiares de las víctimas mortales.
Falta de compromiso social
España no queda afuera de estos datos alarmantes. Las tres asociaciones de víctimas que hoy, 19 de noviembre conmemoran Stop Accidentes, la asociación DIA y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (AESLEME) existe un cambio muy importante en la siniestralidad vial del país.
Hasta hace 3 días, el número de víctimas mortales ascendía a 1.060 en las rutas de todo el territorio español. Un 3 % más que las que se cobró el 2016 para la misma época del año, 30 personas más en relación al año anterior.
Estas asociaciones, se suman al pedido de otras entidades internacionales. Pese a que la accidentalidad vial representa poco más del 1% del presupuesto del Producto Interior Bruto (PIB), estiman que no es suficiente el dinero destinado por parte del Estado para prevenir accidentes de tráfico.
A su vez se suman a la iniciativa mundial que tiene como objetivo reducir estas cifras negras en un 50 % para el 2020.