Discapacidad vs Minusvalía

Indagando en la etimología -estudio del origen de las palabras- del término 'minusvalía', se descubre que éste está formado por dos componentes léxicos: minus (menos), valía (de valor). No hace falta ser siquiera empático, tan sólo lógico y tener sentido común, para darse cuenta de que las personas que sufren cualquier tipo de patología o alteración en su organismo no es correcto denominarlas minusválidas.

¿Consecuencias? Si en la mente, de primeras, ya se asocia a una persona con una dificultad a tal término, es muy probable que el trato y acciones hacia esa persona conlleve algún tipo de discriminación (ya sea discriminación positiva o discriminación negativa). ¿Por qué? Muy sencillo, el inconsciente se basa en un concepto equivocado y tenderá a ver mayores problemas de los que la realidad tiene en ese caso. Además, aunque la intención no sea mala para nada, no sería extraño que se aportase a esa persona sentimientos de desprecio al creerse profundamente el significado de tal término y darle naturalidad.

¿Qué ocurre con el concepto de 'discapacidad'? Bien, con esta palabra se da un pasito hacia delante en cuanto a cómo se le da visibilidad a cualquier colectivo con diversidad funcional. Y se da ese paso porque se deja atrás el horrendo mundo social de calificar a una persona como menos válida que las demás para transformarla en ser menos capaz que el resto. Aquí existen dos vertientes: por un lado, es cierto que se presente la diversidad funcional que se presente, centrándose el tema en esa capacidad o ausencia de ella sí que será acertado denominar discapacitado; pero, por otro lado, ¿qué ocurre? Pues que se convierte en una etiqueta. Nadie dirá es discapacitado para andar o es discapacitado para usar las emociones, sino que se pondrá el sello de discapacitado como un todo de su persona.

Planteo una cuestión: ¿acaso el que salta menos que otro, o el que es más bajo que otro, sin estar diagnosticado de nada no es más discapacitado en ese aspecto concreto que ese otro? Todo el mundo es discapacitado en unas facetas y más capaz en otras.

Cierto es que, en cuanto a temas legales, oficiales y con cierta responsabilidad social es difícil recoger de forma concreta cada uno de los casos en particular. Es por ello que se agradece el reciente acogido 'certificado de discapacidad' sustituyendo al desagradable 'certificado de minusvalía'. No obstante, éste último aún no resulta del todo obsoleto y está en mano de todos que este término se diluya en el tiempo para hacer referencia a cualquier ser humano.

Síndrome vs Enfermedad

Como sucede en el caso anterior, un mal uso de estos dos conceptos genera una serie de pensamientos equivocados.

Por un lado, el síndrome es un conjunto de síntomas estudiados e identificados cuya manifestación aporta la atribución de una entidad clínica. Si además de esta unión de síntomas que se manifiestan de algún modo, ocurre que se da una alteración anatómica o existe una causa biológica conocida, entonces se puede hablar de enfermedad. Lo complejo de esta diferenciación llega cuando una enfermedad deriva, además, en un síndrome.