Meghan Markle, esposa del príncipe Harry rompió el protocolo durante una visita oficial realizada en Dublín, Irlanda, al emitir su apoyo a la despenalización del aborto en esa nación europea, tras una conversación sostenida con la diputada irlandesa, Catherine Noone, con quien conversó sobre el referéndum del aborto en Irlanda, que obtuvo como resultado la despenalización de la interrupción del embarazo en ese país con un 66% de votos.

Debido al poco tiempo que ha tenido Meghan para aprender a desenvolverse en el ambiente de la realeza, esta declaración es vista como una ruptura de las normas del protocolo de la realeza inglesa, que prohíbe a todos los miembros de la Familia Real Británica hacer públicas sus opiniones sobre temas políticos.

La posición de Meghan en relación a la despenalización del aborto en Irlanda, se filtró a los medios de comunicación y la redes sociales durante una cena que fue organizada por el embajador británico en su casa, a la cual asistieron importantes personalidades de la cultura, el deporte y la política, entre ellos la diputada Noone.

La red social enloqueció por Meghan

Posiblemente, sin conocer el revuelo mediático que ocasionaría, Catherine Noone publicó en sus redes sociales que estaba encantada conocer a la duquesa de Sussex y agregó “la duquesa y yo hablamos sobre el referéndum y se mostró muy interesada y también contenta con el resultado”. Esta acción, de parte de Noone fue suficiente para que el mensaje publicado en Twitter se hiciera viral rápidamente.

Debido a la reacción obtenida por el entorno social de Noone por la publicación de este mensaje, la diputada decidió borrarlo y publicó otro tweet que dice: “ fue una corta charla y la duquesa de Sussex no opinó al respecto, pero fue muy encantadora. Como no se entendió mi primer post, decidí borrarlo. Sin embargo, fueron muchos los usuarios de esta red social que tuvieron tiempo de leer y compartir el primer mensaje que hacía mención a la opinión de Meghan.

Meghan Markle no puede opinar sobre política

De acuerdo a los especialistas en la realeza británica, desde el siglo XVII los miembros de la Familia Real no pueden hablar públicamente sobre temas políticos. Cuando Meghan estaba soltera tenía la libertad de emitir sus pensamientos y opiniones sobre estos temas, pero al casarse con el príncipe Harry esto cambió y ya no puede hacerlo.

Mientras vivía entre Estados Unidos y Canadá, Meghan Markle evidenciaba simpatía por el feminismo, la protección de los animales y llegó a calificar al presidente Donald Trump como misógino. Ahora, deberá aprender cada día más a adaptarse a su nuevo rol como miembro de la Familia Real Británica, de la mano de su esposo el príncipe Harry, quien se encargará de orientarla continuamente para que no se involucre con comentarios no permitidos en su nueva vida como duquesa de Sussex, ya que serán muchos los actos públicos a los que tendrá que asistir en el futuro.