Las ventas de suplementos dietarios han aumentado en todo el país a medida que los consumidores en pánico por la pandemia se abastecen de vitaminas, hierbas, extractos y remedios para el resfriado y la gripe. Sin embargo, no se ha demostrado todavía que ninguno de estos productos disminuya la probabilidad de contraer el Coronavirus o acortar su curso.

La aumento de las ventas de los suplementos dietarios hablan de una sociedad preocupada

Tomar grandes dosis de estos suplementos dietarios puede causar daño. Pero el aumento de las ventas es la radiografía de una sociedad donde muchas personas están desesperadas y muy ansiosas por fortalecer las defensas inmunes de su cuerpo.

La sociedad está estresada ante el bombardeo mediático de todo lo que se puede y no se puede hacer: mascarillas si o no, jugos detox para purificar el organismo, que tomar agua caliente mata el virus en la garganta, que la vitamina C refuerza el sistema inmunitario.

En España no hay cifras oficiales en cuanto a consumo y venta de los suplementos dietarios, pero las cajas de píldoras para dormir mejor, para sintetizar vitamina D o para prevenir resfríos, como la vitamina C han vaciado los escaparates de las farmacias. Según reporta el periódico estadounidense The New York Times, las ventas de vitamina C, un supuesto refuerzo inmunológico, aumentaron 14%, mientras que zinc, un remedio popular para el resfrío y Enfermedades respiratorias, se dispararon 255%.

Las ventas de suplementos de saúco que se comercializan para el refuerzo inmunitario han aumentado un 415%.

Las personas ven en los suplementos dietarios un placebo, una píldora para tomar mientras se espera el desarrollo de la ansiada vacuna. Pero lo cierto es que el consumo sin cuidado y ante el miedo al coronavirus puede provocar más daños que beneficios.

Las investigaciones no certifican la utilidad de la vitamina C

La vitamina C incide en la salud inmunológica de varias maneras. Su actividad antioxidante puede disminuir la inflamación, aumenta la producción del colágeno y la actividad de los fagocitos del sistema inmunológico. Estos últimos son los que actúan contra las bacterias y células dañinas.

Hay alguna evidencia de investigaciones en animales y humanos de que la dosis alta o la vitamina C IV pueden reducir la inflamación pulmonar en enfermedades respiratorias graves causadas por H1N1 ("gripe porcina") u otros virus. Sin embargo no hay suficiente investigación para respaldar el uso de altas dosis de vitamina C para la inflamación pulmonar de este momento, la provocada por el coronavirus.

Estos son estudios de laboratorio, investigaciones que muestran evidencias. No para probar en casa con los productos de venta libre en las farmacias: Las indicaciones hoy sostienen que no se debe tomar altas dosis de suplementos dietarios de vitamina C, porque pueden causar efectos secundarios Pero al mismo tiempo, solo se metaboliza correctamente junto a determinado nivel de magnesio.

En altas dosis, puede ser tóxica, y provocar cólicos, diarrea e insomnio. La vitamina C también puede interferir con la quimioterapia, los tratamientos de radiación o los medicamentos para reducir el colesterol.

Cólicos, diarreas, insomnio entre los efectos dañinos

La vitamina D mal consumida, acumula calcio en la sangre y puede generar cálculos en el riñón y problemas renales. Es decir, el efecto es totalmente ineficaz y puede acarrear más problemas que beneficios. No existe tal panacea para la gente mientras los científicos buscan la vacuna contra el coronavirus más que el aislamiento social.

Los nutricionistas sostienen que la mejor manera de prevención es mantener la cuarentena. “Los médicos deben recetar determinados suplementos en algunos momentos puntuales de la vida de las personas, por ejemplo durante el embarazo o ante una clara deficiencia de ciertos nutrientes.

Pero quien está sano y preocupado por el coronavirus, lo que se debe hacer es mantener una dieta nutritiva, descansar bien y hacer ejercicio adecuadamente son las mejores formas de fortalecer su sistema inmunológico” explica la doctora Linda Van Horn, jefa de nutrición del departamento de medicina preventiva de la Universidad Northwestern de Feinberg de Chicago.