En primer lugar, el entrenamiento físico exige disciplina y constancia, de manera que quizás tendrás que sacrificar el último sueñito de la mañana, el happy hour de los viernes o las citas con tus amigas para tomar un café después del trabajo. En segundo lugar los resultados no aparecen por arte de magia, así que después de varias semanas de dolores musculares y “sacrificios” podrás sentirte tentada a tirar la toalla.

Pero la belleza y la salud tienen su precio, ¿no? Y al final saldrás ganando. Por eso si eres de las que sienten pereza cuando escuchan hablar de actividades físicas, aquí te estimularemos a seguir adelante hasta en la más extenuante rutina.

Lo difícil es empezar

Haz ejercicios y después no podrás parar. Así como tenemos un apetito innato por la comida, y por el sexo, también lo tenemos por la actividad física, porque al hacer ejercicio se liberan unas sustancias químicas, conocidas como neurotransmisores que causan una sensación placentera.

Para pasar con éxito esa “cuarentena” inicial, inscríbete en el gimnasio, practica una actividad deportiva y sé constante las primeras tres semanas, tiempo en el que obtendrás una especie de reforzamiento positivo a nivel subconsciente, que te hará continuar sin detenerte. Las personas que hacen ejercicio regularmente desarrollan un tipo de adicción a ellos.

Escoge una actividad placentera

¿La mejor fórmula para triunfar?

Combina la actividad física con el placer. Encuentra un ejercicio que te guste. No tienes que ser una fanática del deporte en cuestión, pero por lo menos no debe ser una actividad que te degrade ni tampoco que te provoque una actitud negativa desde el principio, por considerarla aburrida o por pensar en los dolores que tendrás que soportar.

Si eres competitiva, entrénate para el próximo maratón de novatos; pero si te gusta el baile, lo tuyo son los aeróbicos. ¿Prefieres ver televisión? Entonces pon la cinta de caminar delante de la pantalla.

Busca acompañantes

Un compañero de ejercicio puede ser un gran estímulo para forzar de cada vez más, o te puede convencer para salir a caminar en esos días en que preferirías quedarte en casa y ver episodios viejos de televisión.

Si haces una cita con una amiga en el gimnasio es mucho más probable que no dejes de ir que si la cita es contigo misma.

Elige una hora apropiada

Después de un día agotador en la oficina, es muy poco probable que quieras someterte a una sesión de ejercicios vigorosos... pero es lo más recomendable. La gente tiende a disfrutar más la rutina en la tarde. Hay menos presión en el corazón, la respiración es fluida y los músculos responden mejor. De hecho, hay más probabilidades de que tengas éxito que si haces ejercicios en la mañana.

Sin embargo, si practicas tus ejercicios al despertarte, tu cuerpo quemará más calorías, porque el ritmo de tu corazón está en su punto más bajo del día. Y como necesitarás aplicarte más para llegar al número de palpitaciones que regularmente alcanzas durante el ejercicio, quemas más calorías en el trascurso.

Escucha música

Acompaña tu rutina con música para hacerla más eficaz y divertida. Escuchar 30 minutos de música Techno eleva el pulso, la presión arterial y el ánimo, favoreciendo tu sesión de ejercicios. La música, acompañada del ejercicio ayuda a bajar el doble de peso.