Nuestra espalda es un pilar óseo y muscular que nos sostiene y sobre la cual, en ocasiones, añadimos un peso “extra” con nuestras emociones negativas.

La espalda nos puede doler por problemas físicos derivados de una mala postura, movimiento o esfuerzo, pero también por una sobrecarga emocional: tensiones, estrés, problemas, etc. Así que para tratar cualquier problema de espalda es necesario conocer la influencia negativa de las emociones en la misma.

La zona cervical

La parte superior de la espalda incluye las 7 vértebras cervicales y se corresponde a la región del corazón y al centro energético cardíaco.

Los dolores de espalda en esta zona están relacionadas con nuestro grado de apertura frente a la vida y la comunicación, tanto la que nosotros tenemos hacia el exterior como la que recibimos de los demás: sentimientos de inferioridad, no sentirnos valorados, incapacidad para expresarnos... son algunas de las emociones asociadas a esta zona de la espalda.

La zona dorsal


La zona dorsal es la región central de nuestra columna vertebral, justo debajo de las paletillas, formada por 12 vértebras y representa la gran región torácica del cuerpo comprendida entre el corazón y las vértebras lumbares. Es una región vinculada a las emociones. Cuando nos sentimos tristes y alicaídos, tendemos a agachar la cabeza y a inclinar nuestro cuerpo hacia adelante por esta zona.

Esto implica comprimir nuestro diafragma y disminuir nuestra capacidad de respiración. Aquí se alojan los sentimientos de culpa e ira reprimida.

La zona lumbar

La zona lumbar, formada por 5 vértebras, se sitúa entre la cintura y el coxis. Es una parte muy propensa a inflamaciones que afectan al nervio ciático e incluso a la zona de los riñones o la vejiga.

Está unida a emociones del tipo miedos, inseguridades o incluso ansiedad y depresión. Los dolores en este área son propias de personas que se preocupan en exceso por los demás, dejándose a ellos mismos de lado.

El sacro y el coxis

El sacro, es junto con las 2 primeras vértebras cervicales (Atlas y Axis) el soporte que da juego y articula toda la columna.

Si falla uno de los dos extremos, el cuerpo de descompensará. Las emociones asociadas al sacro tienen que ver con las relaciones afectivas, que puede que no se desarrollen como deseo, y la rigidez para afrontarlas. También se vincula a esta zona el desequilibrio entre todos aquellos propósitos y deseos que pretendo cumplir, y no consigo.

En cuanto al coxis, está vinculado al primer chakra, o centro de energía, sede de la supervivencia. Representa el fundamento de la sexualidad, la realización adecuada de las necesidades básicas (sexualidad, alimento, seguridad, amor, etc.).

Para solucionar y evitar todos estos problemas, es necesario establecer una rutina de ejercicios adecuados que otorguen movilidad a nuestra columna vertebral, y una salud emocional adecuada que incluya momentos de relax, ocio, comunicación interior y meditación.