La Clínica Mayo de Rochester está harta de desmentir que tengan algo que ver con la creación de esta dieta. Mientras, son muchas las clínicas a las que les gustaría hacerse con la paternidad de una de las dietas más seguidas del mundo. Su éxito está, sin duda, en la meteórica pérdida de peso que se logra: ¡Hasta 8 kilos en dos semanas!

Rápido, rápido

La dieta de la Clínica Mayo tiene tantos detractores como seguidores.

Los primeros alegan que las calorías que se ingieren al día –entre 600 y 800– no llegan al mínimo vital que necesitamos. A los fanáticos seguidores les basta para defenderla a muerte el hecho de que pueden perderse entre 6 y 8 kilos en dos semanas. La pérdida final de peso depende de diferentes circunstancias, como la edad de la persona, la constitución corporal, el metabolismo particular o la actividad física que desarrollemos durante el tiempo que se sigue la dieta. Además, hay que tener mucha fuerza de voluntad para no volver a recuperar el peso perdido tras acabar la dieta.

Menú base

Desayuno

1ª Semana.

1 ó 2 huevos duros + 1 pomelo + té

2ª Semana. Café o té + 1 rebanada de pan o 1 bol de zanahoria rallada con zumo de limón.

Almuerzo.

1ª Semana. 2 huevos + fruta + 1 ración e verdura o queso blanco.

2ª Semana. 2 huevos + carne con ensalada.

Cena.

1ª Semana. 2 huevos duros + fruta + verdura o queso blanco.

2ª Semana. 2 huevos duros + pescado con ensalada.

A favor

Cuesta encontrar puntos a favor para una dieta que restringe el consumo calórico a la ridícula cantidad de 600 calorías diarias. Entre sus ventajas están:

  • Es altamente motivadora. Muchas personas abandonan las dietas porque no tienen paciencia para ver cómo semana tras semanas la báscula solo indica 250 gramos menos de peso. Con esta dieta, la primera semana pueden perder hasta cinco kilos –más de una talla– lo que motiva al paciente a seguir con el régimen.
  • Rápida. El que la sigue es consciente de que en dos semanas finaliza la “tortura” y se vuelve a la normalidad. El hecho de pensar que solo quedan cuatro días de dieta consuela a muchas personas.
  • En situaciones de emergencia: una inminente operación o casos de obesidad con riesgos a corto plazo para la salud, los especialistas en nutrición recomiendan esta dieta –seguida muy cerca para ellos– pues es la más adecuada para asegurarse de que el paciente va a perder kilos en el tiempo establecido.
  • Fácil de seguir. Es muy sencilla y no requiere pasarse en la cocina elaborando recetas imposibles ni recorrerse los establecimientos más exclusivos de la ciudad a la búsqueda de ingredientes exóticos para elaborar los platos.

En contra

Se trata de una dieta excesivamente hipocalórica y muy restrictiva.

Y como tan conlleva grandes riesgos.

  • Cuidado con el hígado. El exceso de proteínas que se toman diariamente con esta dieta puede afectar el buen funcionamiento del hígado y terminar acarreando serios problemas de salud.
  • No cambia el metabolismo. Lo que quiere decir que en cuanto vuelvas a tu rutina alimentaria habitual recuperaras todo el peso perdido si no te mantienes una buena alimentación.
  • Se pierde músculo. Se debe saber que la mayor parte del peso que se pierde con esta dieta no corresponde a masa grasa sino a masa muscular.
  • El ánimo por los suelos. ¿y cómo vas a estar si tienes 600 calorías para aguantar durante un día entero? Además de esto, puede producir ansiedad, mareos, bajas de tensión y una ligera depresión.
  • Tiempo límite. Esta dieta no puede seguirse durante más de dos semanas. O de un mes si se pasa a la fase de mantenimiento, por lo que solo está indicada para personas que necesiten perder menos de 6 kilos.