Cerciórate de que en tu salón de belleza los utensilios se limpien meticulosamente después de terminar con cada cliente. Aquí te contamos el riesgo y las posibles consecuencias que puede traer.

Arreglarte las uñas en un salón que no mantiene la higiene adecuada

Las posibles consecuencias: un hongo o una infección severa. Si llegas a un salón al que nunca ha ido antes, lo primero que debes hacer es observar la pulcritud de sus instrumentos. Esas cajas lumínicas donde se guardan los utensilios, emiten radiaciones UVC que matan los gérmenes; pero si los instrumentos se amontonan los rayos no llegan a todos por igual.

La mejor estrategia es llevar los tuyos y aun cuando te arregles las uñas en casa, lavarlos al terminar.

Los recipientes en los que se meten los pies para remojarlos también son un peligro: los dermatofitos (parásitos que causan el pie de atleta) y otros gérmenes que causan infecciones (los cuales pueden provocar rajaduras, enrojecimiento y dolor) Se multiplican ahí, pues ése es el ambiente húmedo perfecto para los hongos y las bacterias.

Asegúrate de que la técnica que usa la manicurista es moderada, para que no te corte. Hasta una herida leve puede ser peligrosa, porque las infecciones bacterianas y fúngicas penetran a través de pequeñas aberturas en la piel. Así que resiste la tentación de que no te corten las cutículas; empujarlas hacia atrás en lo mejor.

Las probabilidades de que pase algo malo son pocas, pero no nulas; así que es mejor ser precavida.

Acostarte en una cama de bronceado

Las posibles consecuencias: piojos ácaros y herpes. Creemos que el riesgo de padecer cáncer de piel es suficiente para alejarte de los salones de bronceado, pero aun así te advertimos que una cama de bronceado sucia puede causar muchos otros problemas en la piel.

Esos son los lugares públicos que no siempre están limpios. Y dado que los parásitos, el virus del herpes y los hongos pueden sobrevivir allí durante horas, no es el lugar más propicio para recostarse en bikini o desnuda.

Aplicarte los cosméticos de muestra de los probadores

Las posibles consecuencias: herpes labiales, conjuntivitis severa e influenza.

Usar uno de los cosméticos de prueba que ponen en los probadores de belleza es como compartir los tuyos con un montón de extraños. Te puedes contagiar con cualquier cosa que tenga el que lo usó antes (herpes labiales, infecciones, gripe) Si lo aplicas en los ojos o en la boca. Y no pienses que un aplicador te protegerá. Pruébalo siempre en tu mano.