El síndrome de Münchhausen no es más que una enfermedad mental en la cual la persona que la padece inventa dolencias para adjudicarse el papel de enfermo. Conozcamos un poco más sobre este trastorno.

Origen e historia

El alemán Karl Friederich Hyeronimus, barón de Münchhausen participó en la guerra de Rusia contra los turcos, una vez que regresó de la guerra se hizo famoso porque comenzó a contar historias fantásticas sobre sus hazañas, con las cuales impresionaba a la gente.

Por la similitud en la exageración y en lo fantasioso de sus historias, en 1951 el eminente médico británico en 1951 Richard Ascher dio el nombre de síndrome de Münchhausen para llamar así a algunos pacientes que simulaban dolencias en forma voluntaria llegando incluso a autoproducirse lesiones, con el objetivo de que los trataran como enfermos.

Síntomas

Para hacer el diagnóstico de esta enfermedad mental se necesita la presencia de una serie de síntomas que son simulados o inventados por el paciente, pero por una necesidad de tomar el papel de enfermo, lo cual implica que es una enfermedad psicopatológica. No es el caso solamente de la persona que inventa por ejemplo por evadir una responsabilidad o por conseguir algo.

Por lo general inicia posterior a una primera hospitalización real, y a partir de allí se observan hospitalizaciones repetitivas y frecuentes, en las cuales lo característico es que el paciente presenta bien síntomas físicos, o incluso psicológicos que son fingidos o autoinducidos, pero no de una manera consciente.

El paciente con síndrome de Münchhausen puede llegar producirse a sí mismo heridas para sangrar o ingerir o inyectarse algún tipo de medicamento o sustancia responsable de los síntomas que luego manifiesta.

Tiende a quejarse de dolores inespecíficos solicitando continuamente analgésicos, además tienden a ser manipuladores y a desautorizar al personal de salud.

Estos pacientes a menudo lo hacen por un trastorno de conducta en el cual sienten una dependencia por el médico o simplemente lo hacen como un mecanismo para llamar la atención, y en ningún momento lo hacen para obtener algún beneficio y no se logra confirmar el diagnóstico de alguna enfermedad somática o mental.

Los síntomas y signos llegan a ser tan reales que en ocasiones permanecen hospitalizados largo tiempo y son sometidos a estudios e incluso intervenciones en busca de la causa.

Diagnóstico

Esta enfermedad se encuentra registrada en el manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM IV) de la asociación americana de psiquiatría y en la clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª versión ( CIE-10 ), como trastorno facticio.

El diagnóstico es clínico, y aunque los síntomas son diversos e inespecíficos y debe sospecharse cuando los síntomas del paciente no se ajustan con enfermedad orgánica, ni responde a las terapias convencionales indicadas para la enfermedad de la cual se está sospechando. Además como no se observa aparente mejoría, no se logra diagnosticar y por eso el paciente se la pasa de hospital en hospital en busca de ayuda, sin lograr curarse, lo cual crea un círculo vicioso que puede llevar incluso a más daño.

¿Qué hacer ante la sospecha?

Ante un paciente con un cuadro clínico que no mejora a pesar de sus múltiples visitas a centros hospitalarios, donde no logran un diagnostico certero, en un paciente que maneja de cierta forma la terminología médica y las rutinas debe sospecharse el síndrome de Münchhausen, cuyo manejo debe ser abordado por un profesional, bien sea psicólogo o psiquiatra.