Muchos años antes de Cristo, en la antigua Grecia, la miel se llama "ambrosía" por el pueblo helénico y por lo tanto era un alimento reservado a los dioses mismos. En la mitología riquísima de ese país milenario del Mediterráneo, existen narraciones de que el mayor de los dioses, Zeus, cuando era todavía muy joven, fue salvo de su padre homicida Cronos, gracias a la intervención de las ninfas griegas, Melissa, Adrastea y Amaltea, que lo alimentaron en secreto con miel y leche.
Pero, independientemente del origen de esa sustancia y de la mitología de los griegos, la tradición popular confiere al sabroso alimento producido por las abejas desde propiedades afrodisíacas a ser él una de las fuentes de la juventud eterna.
Bueno para la salud
La materia prima se obtiene básicamente compuesto por las abejas cuando éstos "cosecha" del néctar de las flores o incluso hojas y tallos de ciertos árboles. Su composición básica es agua, azúcares como fructosa y glucosa, proteínas y muchas sales minerales y aún vitaminas indicadas para el mantenimiento de la buena salud de los individuos que lo consumen.
Los científicos y apicultores siempre se preocupan de valorar las propiedades terapéuticas y el alto poder concentrado de energía contenido en la miel, el cual puede sustituir el azúcar en algunos alimentos y jugos.
Por otro lado, en contra de esas buenas noticias, algunos productores y comerciantes inescrupulosos se dan al despropósito de falsificar a gran escala el alimento.
Incluso con leyes establecidas por los gobiernos para fiscalizar la eventual falsificación del alimento, frente a la cantidad del producto adulterado, algo no está funcionando como se esperaba.
Así, es mejor seguir algunas orientaciones bien simples para no caer en el cuento de comprar miel falsificada y de baja calidad, que incluso en lugar de ayudar, puede empeorar la salud de una persona.
7 consejos para comprobar la veracidad de la miel:
- La miel verdadera siempre se cristaliza con el paso de los meses, si eso no ocurre, es 100% falso;
- El producto de falsificación, generalmente es más acuoso que el verdadero. Para comprobar, sumerge un palillo en la miel y se escurre un hilo ininterrumpido, es original. Si se baja rápidamente, es falso.
- Otra sugerencia es añadir 1 cucharada de miel y más 3 tres cucharadas de alcohol puro en un envase calentado en baño de agua. Después de la mezcla calentada, la miel auténtica se disuelve y el falso producirá una mancha blanca en el fondo del recipiente;
- Si las gotas de miel en una hoja de papel no se absorben después de unos minutos por la celulosa, esto significa que es cierto. El producto adulterado tiene una gran cantidad de agua, siendo absorbido rápidamente por el papel;
- Puede frotar la miel entre los dedos, el cual siendo verdadero se incorpora a la piel. Lo mismo no sucede con el falso, lleno de edulcorantes artificiales y azúcares, haciendo que la piel quede pegada;
- La miel original que se vierte en un vaso de agua irá al fondo de la taza en forma de un coágulo. La miel falso simplemente se disuelve;
- Al pasar miel en el pan, ese último queda duro, atestando que el producto es cierto. Si el pan sólo humedezca, la miel es falsa, demostrando que tiene mucha agua en su composición;
En adición a todos esos "secretos", la miel que se vende a precios mínimos siempre debe levantar desconfianza, pues el costo de la cadena productiva no es tan barato así.