El del alcohol y los comas etílicos de los jóvenes en los fines de semanas y festivos es un tema recurrente y polémico. Hay quienes intentan quitarle hierro alegando que siempre se ha bebido mucho y que ahora gracias a una mayor difusión de la información parece que vivimos cerca del apocalipsis. ¿Tú qué crees?

Los datos revelados recientemente en el estudio llamado Libro Blanco, realizado por la Fundación Alcohol y Sociedad, no son precisamente tranquilizadores.

Más jóvenes, mayor graduación y mayor cantidad en fines de semana

Este estudio preguntó a una muestra de 5.500 jóvenes de entre 12 y 24 años, perfectamente estratificados atendiendo a su género, edad, localización, nivel socioeconómico y situación familiar.

Un 65 % de los adolescentes de entre 12 y 18 años admitió beber alcohol todos los fines de semana. Mas del 55 % de los que tienen entre 18 y 24 años prefieren las bebidas destiladas de alta graduación como ron, ginebra, whisky y vodka, en este orden.

Asimismo, frente a los 14 años de iniciación de décadas pasadas, en la actualidad la edad media se sitúa en los 12,7 años. En este sentido, cabe reseñar que el Deterioro cognitivo al que se somete al cerebro por la muerte de las neuronas es irreversible. La merma en la memoria y en la capacidad de concentración resulta inminente e interfiere en el normal rendimiento académico.

Además, las chicas al poseer una menor masa muscular y mayor tejido adiposo adolecen de la suficiente agua en el cuerpo para disolver el alcohol.

En consecuencia, los perjuicios hepáticos, ginecológicos y psicológicos se agravan en ellas.

Secuelas directas de la ingesta masiva o asidua de alcohol

El alcohol envejece la piel y los órganos, puesto que se lleva por delante buena parte de las reservas de vitamina A y E. Se ha constatado que destruye músculo, que descalcifica los huesos y dientes y que impide la correcta metabolización de las grasas.

Por si esto fuera poco, indirectamente provoca accidentes de tráfico, peleas, E.T.S. y embarazos no deseados.

La Universidad de Oxford pone el contrapunto

Un grupo de científicos de esta universidad ha creado un algoritmo matemático para calcular la cantidad diaria saludable de alcohol. Concretamente, se trata de la cuarta parte de un vaso de vino o de la misma proporción de una pinta de cerveza.

Según las conclusiones de estos matemáticos, el consumo diario a muy baja dosis reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, epilepsia, cirrosis hepática, miocardiopatías y hasta 5 tipos de cáncer.