Los niños no se encuentran encerrados dentro de una burbuja, y hoy en día están expuestos a una gran cantidad de información. Y aunque a veces se comportan como adultos, por los temas que plantean, en el fondo siguen siendo Niños a los que hay que ayudar a organizar la información que les llega y sus ideas.

¿Por qué es un problema?

Es frecuente observar que muchos padres se sienten perturbados ante las preguntas de sus hijos, sobre todo cuando los interrogan o “acorralan” con preguntas de temas que consideran difíciles de abordar. La muerte, la concepción, el nacimiento y la sexualidad son temas, entre otros, que por lo general causan mucha curiosidad y dudas en los niños y ansiedad en los padres porque sienten que son temas difíciles del enfrentar.

Por otro lado, es mucha y diversa la información que llega a través de la televisión, los amigos y las redes sociales y que, si no se aclara, los niños pueden ir acumulando sus inquietudes, y buscar respuestas en otras fuentes, que por lo general no son las más apropiadas.

Atender y escuchar

En realidad no existen fórmulas, ni respuestas aprendidas, para dar respuesta a un niño cuando hace una pregunta de esas que perturba, que se hace difícil responder, que hace respirar profundo...

Como en toda conversación, primero lo conveniente es atenderlo y escucharlo para conocer que piensa y que sabe sobre eso, antes de dar una respuesta precipitada.

Responder con claridad

Es muy importante tener en cuenta que no se debe esquivar responder, y en lo posible hay que evitar ponerse nervioso.

Con naturalidad y serenidad se deben dar explicaciones sencillas, utilizando ejemplos en función de la edad, mientras más pequeño es el niño, más sencilla debe ser la explicación.

Si no se conoce la respuesta o no se sabe dar, se debe ser sincero con el niño. En este caso, los expertos recomiendan que lo mejor es buscar juntos las respuestas sobre el tema y conversar al respecto, siempre tomando en cuenta la edad, haciendo uso de la gran variedad de recursos informativos que existen hoy en día; eso incluso te acercará más al niño.

Si el nivel de comprensión del niño es alto y entiende lo que se le dice, es importante explicarle lo que puede conversar fuera de de casa y con quién, y lo que no.

Las explicaciones no deben ser muy extensas, sino limitadas a la información que el niño solicita, no es bueno adelantarse ya que tal vez no comprenda. El lenguaje utilizado debe ser acorde a la edad y nivel de comprensión del niño, siempre preguntándole si ha entendido y si ha quedado satisfecho con la información proporcionada.

Es importante tener en mente estas sencillas recomendaciones, ya que es mejor aclarar las dudas en casa, antes de que ellos acudan a un tercero, que en muchos casos pueden no dar una respuesta apropiada.