La miel es uno de los productos de la Madre Naturaleza más ricos y beneficiosos. De hecho, entre sus múltiples usos, se utiliza en la alimentación de enfermos de cáncer; les aportar más energía y calorías, sin incrementar la ingesta, ya que en ciertos casos les cuesta comer.
Así se obtiene la miel
Son las abejas obreras las que producen la miel a partir del néctar de las flores, mezclándolo con sus propias enzimas. Retienen cierta cantidad para recuperar la energía gastada en el proceso de recolección del néctar y el resto lo depositan en los panales de la colmena.
Allí, las abejas del hogar se encargan de reducir la cantidad de agua del producto elaborado por las obreras (que dependerán del tipo de flor que hayan usado) y de enriquecerla con varias sustancias activas. Luego depositan el néctar en las celdas del panal donde la convierten en miel. La transformación, por tanto, se produce tanto dentro como fuera del cuerpo de las abejas.
También existe un tipo de miel que se realiza de manera más rápida. Ésta se consigue haciendo que las abejas tomen jarabe de azúcar con extractos de varias hierbas medicinales y vitaminas. Así se pueden elaborar hasta 85 clases de miel curativa.
Composición de la miel
El 80% de la miel lo constituyen azúcares de diferentes tipos; un 7% son minerales, oligoelementos (magnesio, fósforo, calcio, aminoácidos, hierro, cloro) y vitaminas C y B.
El resto está compuesto de agua, entre 15 y 23% dependiendo de la miel.
¿Cómo tomarla?
Se pueden encontrar numerosas recetas -especialmente postres- que utilizan el sabor y la textura de la miel. Aunque el frenético ritmo de vida actual nos haya llevado a consumirla casi siempre con unas simples tostadas durante el desayuno, otra manera práctica de usarla es como edulcorante en infusiones o productos lácteos, como el yogur o el requesón.
Su uso tradicional de este producto natural ha sido también medicinal, debido a que alivia los síntomas de algunas dolencias. Por ejemplo, unas cucharaditas de miel caliente con unas gotitas de limón ayuda a calmar la garganta irritada o el dolor de amigdalitis. Mezclada con leche caliente, o una infusión, alivia gripes y catarros.
Beneficios e inconvenientes
Consumir miel ayudará a tu organismo porque:
- Tiene propiedades regeneradoras para la piel, debido a su capacidad antioxidante.
- Sirve para cicatrizar heridas, aplicando un emplaste con una gasa, o para curar los labios agrietados.
- Es más sana que la azúcar refinada, siempre que eches menos de la cantidad.
- Sus azúcares simples son un aporte inmediato de energía, que se consume fácilmente.
- Tiene efectos conservantes, bactericidas, reconstituyentes y antiinflamatorios.
- Si la calientas a más de 45 grados se destruyen sus vitaminas y propiedades.
- No hay que dársela a bebés menores de 18 meses: su jugo gástrico aún no está preparado para asimilar y podrían desarrollar alergias.
- Es muy calórica. No consumas más de 50 gr diarios y no abuses de ella si quieres perder peso.
- La luz y el calor rebajan su calidad. Por eso es conveniente guardarlas en lugares frescos.