Aunque una tarea sea importante y prometedora, el no ponerle suficiente grado de Atención, puede hacer que no se logren los objetivos planteados. Y aunque pueden ser factores externos, en el tema de la concentración existen causas orgánicas que pueden sabotear o impedir que una persona alcance su nivel de enfoque, y que es importante tener en cuenta para corregir.
Muchas causas
Son numerosas las causas que pueden causar falta de concentración o atención. A veces podemos diluirnos en cosas tan simples como un mensaje del móvil, el zumbido de un zancudo, el llanto de un niño o el ruido de la bocina de un coche. Pero puede haber también una preocupación latente, tener una afección física temporal o crónica, ya que a menudo puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente, como, por ejemplo, la depresión, la anorexia nerviosa, el hipertiroidismo e incluso la arteroesclerosis..
De igual manera, la falta oportuna de descanso, hidratación o una alimentación desequilibrada que trae consigo déficit de minerales y vitaminas que se asocian con la falta de atención.
Así mismo el consumo de drogas, alcohol, nicotina o café, o incluso efectos adversos de algunos medicamentos también se han asociado a una falta de concentración
En otros casos, por la cantidad de demandas que se pretenden cubrir en forma simultánea, una situación emocional familiar o hasta problemas en el trabajo.
Cualquiera que sea la causa, lo importante es tener en cuenta que buena parte de la realidad de una persona depende de a que atiende y a que no, y no solo para las actividades de origen académico o laboral, sino también en logro personal de una vida plena.
¿Qué hacer?
Los expertos recomiendan primero tomar consciencia plena de lo se está haciendo, el por qué y el cómo para el logro de los objetivos planteados.
De igual manera tomar consciencia de cómo se siente, púes los sentimientos pueden afectar la capacidad de enfocarse en algo.
Se aconseja también fijar metas claras, evaluar los progresos y aprender a identificar y fijar blancos de atención interesantes. Escoger objetivos desafiantes, evitar el aburrimiento y eliminar las distracciones ambientales son también estrategias que se recomiendan para estimular la concentración.
Por supuesto sin olvidar una alimentación balanceada y una buena hidratación
Una cosa a la vez
Realizar muchas actividades al mismo tiempo constituye una amenaza contra un enfoque efectivo, ya que interfiere con la habilidad de aprender y de recordar, a la vez que crea un modo superficial de pensamiento y amenaza la habilidad de reflexionar ante situaciones demandantes.
Al contrario, la meditación y los ejercicios de atención y autodescripción mental de los pequeños detalles cotidianos son estrategias útiles para ejercitar la concentración.