Quisieras comer de todo sin tener límites ni arrepentimiento y no aumentar. Posiblemente tu peso es tu etiqueta personal y todo gira en torno a el, muchas veces existe la presión social de ser delgado porque te han inculcado que es sinónimo de ser feliz y exitoso. En la nueva era ser delgado se ha convertido en una obsesión.
Ok, aceptemos que estas en sobrepeso. Comes más de lo que gastas, comes mucho y todo el tiempo y no realizas actividad física.
Ahora, seguramente tienes algún amigo o algún familiar que comen hasta tres veces más y no aumentan de peso. ¿Cómo entender eso?
¡Calma! Lo primero que debes saber es que la Obesidad es una enfermedad. Nadie decide ser obeso, de igual manera como nadie decide ser hipertenso o diabético. No eres culpable de sentir hambre y comer, pero sí eres responsable de no hacer nada al respecto. Cuando una persona está enferma asiste al médico, en este caso a un nutricionista.
La obesidad es una enfermedad crónica
Y esta tiene origen multifactorial en la cual aumentamos de peso a expensas del tejido graso, dando pie a múltiples enfermedades y complicaciones.
Al decir multifactorial, me refiero a que intervienen factores como la genética, la Alimentación, la actividad física, y los hábitos de vida. Estos van a condicionar que nuestro cuerpo engorde, se mantenga o adelgace
El tejido graso produce la hormona llamada leptina, que es una señal periférica que en nuestro cerebro estimula el núcleo de la saciedad e inhibe el hambre. En las personas obesas puede que tenga mucha leptina, pero no hace su trabajo que existe una resistencia a ella, debido a esto siempre está activo el centro del apetito y con eso se activa el hambre. Existen numerosas alteraciones neurobiquimicas detrás de lo que muchas personas piensan que es algo como “eres gordo porque no puedes parar de comer”.
Engordar tiene varias causas
Una de ellas es el desequilibrio energético, engordamos porque el consumo excesivo de calorías y la inactividad física conllevan a que nuestro cuerpo acumule aquello que no necesitamos. Todo aumento de peso se debe a un desequilibrio energético entre las calorías que consumimos y las que gastamos.
Cuanto más comemos y menos gastamos más engordamos
La grasa que acumulamos funciona como energía de reserva, si ingieres más calorías en forma de alimentos, que las que gastas ejemplo en actividades diarias o ejercicios, el resultado será aumento de depósitos grasos.
Otra causa es la genética, existen más de 600 genes que pueden favorecer al aumento de células grasas, de manera que tener tendencia a engordar es hereditario.
El ambiente obesogenico también es una causa, el hecho de estar expuesto a un entorno que promueve el consumo de alimentos procesados ricos en grasas y azúcar, y la inactividad física promueve la ganancia de depósitos grasos aunque genéticamente no estemos diseñados para ser obesos.
El estrés e insomnio entra en una de las causas de la obesidad, ya que factores estresantes prolongados y la falta de sueño resultan en alteraciones hormonales que favorecen el hambre y ganancia de peso.
Existen otras causas
Como el consumo de algunos medicamentos, abandono del tabaquismo, ya que la nicotina interviene en el control del apetito a nivel del cerebro, los cambios del modo de vida o la presentación de algunos síndromes, mutaciones genéticas y desordenes endocrinos (hipotiroidismo o hipercortisolismo).
El tratamiento de la obesidad
Debe comenzar por un diagnóstico adecuado y en qué grado de obesidad te encuentras. De allí la importancia del médico especialista en descubrir cuáles son las causas, los factores modificables y cómo deben enfrentarse.