Ya lo decía Hipócrates allá por el 400 a.C., "caminar es la mejor medicina para el hombre". Tanto es así que la marcha nórdica completa los beneficios de salir a pasear. No en vano, se trata de uno de los pocos deportes que puedes practicar al aire libre mejorando tu resistencia cardíaca y respiratoria, tu equilibrio, tu coordinación y todo acompañado de una gradual Pérdida de peso.
Beneficios de caminar con bastones
El nordic walking nació en 1930 como forma de mantenimiento del tono deportivo de los esquiadores de fondo finlandeses durante la época estival.
Su carácter holístico, al posibilitar una mejora de la salud física y psíquica, lo convierte en un deporte completo, apto para todos los públicos, incluso si no has practicado ningún deporte con anterioridad.
Sus bastones están específicamente pensados para amplificar el movimiento natural de los brazos, corrigiendo las malas posturas que sobrecargan la zona baja de la espalda. Lograrás ejercitar, sin apenas esfuerzo, los hombros, brazos, abdominales, muslos y glúteos. Despídete de la flacidez y de las adiposidades acumuladas en estas zonas.
A diferencia de la travesía, los bastones deben ser colocados con las puntas hacia atrás. De este modo, afinamos la coordinación y el equilibrio entre las piernas y los brazos.
¿Sabes que mediante la marcha nórdica movilizas más músculos que solo caminando? Concretamente, un 90 % frente al 70 % del caminar. Además, este ejercicio aeróbico con bastones consigue una mayor quema de calorías: 1 hora de marcha nórdica quema 460 kcal frente a las 280 kcal del caminar.
Otro de los puntos fuertes de esta modalidad deportiva es que los bastones amortiguan el impacto, por lo que tus articulaciones no sufrirán como sí ocurre al correr.
De hecho, la marcha nórdica suele ser recomendada como parte del tratamiento en la recuperación de lesiones.
Te ayuda a prevenir enfermedades
Como estás viendo, su amplio abanico de beneficios hacen de la marcha nórdica una disciplina muy conveniente para prevenir y acelerar la superación de ciertas patologías:
- Hipercolesterolemia.
- Diabetes tipo II.
- Hipertensión.
- Osteoporosis, al contribuir a reforzar los huesos.
- Artrosis y artritis.
- Miocardiopatías, al reducir la frecuencia cardíaca en reposo.
- Asma.
Al alternar las fases dinámicas con otras más lentas estarás ejercitando tus músculos con poco esfuerzo. No sentirás cansancio, algo muy motivador cuando no estás habituado a realizar ejercicio físico.