Si sigues buscando excusas para no tener mascota, presta atención a todo lo que su compañía puede proporcionarte. A cambio de un poco de cuidado diario lograrás mejorar tu calidad de vida y sentirte más feliz. ¿No me crees?

Beneficios físicos

Parecen evidentes sus positivos efectos emocionales en aquellos que viven solos, pero más allá de atajar la soledad forzosa, las mascotas nos regalan una serie de bondades a nivel físico. Me refiero al estudio realizado en la American Heart Association, en él se constató un descenso del 54 % en la incidencia de las enfermedades cerebrovasculares y cardíacas como consecuencia del ejercicio físico implícito en la obligación de sacar a pasear al perro.

Se estima que 150 minutos semanales de ejercicio junto a tu mascota mantendrán alejadas las isquemias y los infartos.

Un estudio llevado a cabo en Finlandia estudió durante un año a una muestra de 397 niños. Al cumplir el primer año de vida, los niños que convivían con perros o gatos contrajeron menos alergias y afecciones respiratorias que aquellos que no los tenían. En consecuencia, este estudió concluyó que la compañía de las mascotas fortalece significativamente el sistema inmunológico.

¿Sabes que los perros son capaces de detectar una bajada del nivel de azúcar en sangre? De hecho, en EE.UU. existen organizaciones llamadas Dogs for Diabetcs en las que se entrena a los canes para que sepan cómo avisar a los enfermos de diabetes de una inminente crisis de hipoglucemia.

Algo similar ocurre con los gatos y los ataques epilépticos, incluso se dice que son capaces de detectar la llegada de un movimiento sísmico a través de las almohadillas de sus patas. Curioso, ¿verdad?

Beneficios emocionales

Tanto si vives solo como si no es así, tener que cuidar de una mascota con sus horarios para comer, hacer sus necesidades o para jugar te obliga a mantener unos horarios y rutinas que equilibran la salud mental de ambos, del animal y de su dueño.

Si estás atravesando un mal momento, padeces una depresión o si el estrés no te deja vivir el contacto físico y la posibilidad de comunicarte con el animal constituyen una interesante terapia de relajación que, sin lugar a dudas, mitigará la sensación de angustia o soledad que estés experimentando. ¿Sabes que acariciar a tu mascota con frecuencia reduce el nivel de cortisol?

Interactuar con tu mascota, sintiéndolo cerca, jugando con él o hablándole estimulan la liberación de serotonina y dopamina. En consecuencia, no solo te sentirás menos estresado, sino que mejorará sustancialmente tu estado de ánimo.

Al vivir con una mascota establecemos un lazo emocional, en lo que también coopera la liberación de oxitocina, nos sentimos más seguros de nosotros mismos e, incluso, está comprobado que vivimos más años. Todo un derroche de ventajas por el que respetar y querer, aun más si cabe, a los animales.