El hecho de ser donante de médula no significa que vayamos a donarla de un día para otro, muchas personas tienen la idea equivocada de que al convertirte en donante de médula estás poniendo en riesgo su salud. Sin embargo, esta práctica aparte de salvar vidas, es una de las pocas que lo permite siendo conscientes, ya que en muchas ocasiones para poder donar algún órgano del cuerpo humano es necesario que la persona haya fallecido.
El proceso para donar médula
El proceso para convertirse en donante de médula es algo relativamente mas sencillo de lo que las personas tienden a tener en mente.
El primer paso para que una persona pueda hacerse donante de médula empieza con una simple analítica de sangre: extraen tu sangre y esta queda registrada en una base de datos de donantes.
Hay algunos requisitos a tener en cuenta dependiendo del país, en algunos países uno de los requisitos son que la persona que vaya a convertirse en donante tenga un peso por encima de los cincuenta kilogramos y que se encuentre como es lógico en un estado de salud óptimo.
Donar médula es mucho mas sencillo de lo que parece
Una vez realizada la analítica simplemente la persona tiene que esperar a que se encuentre un paciente que sea compatible al cien por cien con el donante, ya que sólo así la donación y el proceso tendrá un éxito asegurado.
Es importante concienciar a las personas de la importancia de donar médula ósea ya que con ello podemos ayudar a muchas personas a continuar viviendo. Muchas de estas personas se sienten mal porque incluso llegan a creer que su final llegará pronto. Realmente convertirse en donante de médula no significa que justo al día siguiente de donar sangre vayamos a pasar por una operación quirúrjica de un hospital ya que para llegar hasta el punto de poder donar primero tienen que encontrar a una persona que sea compatible al cien por cien con nosotros.
¿Hay dolor durante el proceso?
Al principio del proceso el dolor que nuestro cuerpo tiene que soportar es exactamente el mismo que cuando nos extraen sangre. Si tienes la suerte de tener a tu disposición a una persona experimentada apenas sentirás dolor.
Cuando se pasa a la extracción de médula ósea, el dolor que se experimenta durante el proceso es nulo, ya que mientras están extrayendo médula de tu cuerpo estás anestesiado.
Cuando termina el proceso debes estar ingresado 24 horas, y el dolor que sentirás en la parte dónde te hayan extraído médula es simplemente el mismo que si te hubieras caído y te hubiera salido un moretón, con la satisfacción eso sí de que con ello has podido contribuir a que una persona siga viviendo.