Las castañas, uno de uno de los símbolos del otoño, son un verdadero placer para el paladar y contienen muchas propiedades beneficiosas para el organismo. Antiguamente eran uno de los alimentos de los pobres pero hoy en día es un alimento muy preciado y se consume de distintas formas: hervidas, asadas, secas o con mermelada. Además, al no contener gluten la pueden disfrutar más personas con problemas de celiaquía. Lo que no se conoce tanto son sus propiedades para la Belleza y cuidado personal, y sería algo que cabría destacar.
El árbol de donde salen las castañas es el castaño, que pertenece a la familia de las Fagaceae.
Es un alimento saciante y de hecho se usa mucho la harina de castaña en la cocina. Es una planta hermosa que crece en las zonas de montaña y colinas bajas dando lugar a bellos bosques.
Los frutos se pueden dividir en dos grupos distintos: castañas y marrones. Los primeros son los frutos de los árboles que crecen libre y salvajemente; los marrones se producen a partir de árboles cultivados y posiblemente modificados por los agricultores con intervenciones posteriores. Las castañas son bastante pequeñas, aplanadas ligeramente y de color oscuro; los marrones son más grandes y redondeados, con una forma que nos puede recordar a un corazón, es de color más claro.
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Nutrientes más importantes de las castañas
Tanto las castañas tienen un alto poder nutricional: son muy ricas en hidratos de carbono, de hecho, de 100 gramos de fruta fresca contienen alrededor de 200 calorías.
Aún así, estas frutas son bajas en grasa y, gracias a su alto contenido en fibra, hace que lo que aparentemente parecía malo para la salud se convierta en algo bueno para combatir los niveles altos de colesterol. Eso sí, aquellos que sigan una dieta deben limitar el consumo de castañas o sustituir otros alimentos calóricos durante las comidas.
Entre los nutrientes presentes en las castañas cabe destacar el potasio, por sus propiedades antisépticas y su capacidad para contribuir al fortalecimiento de los músculos. También son ricas en fósforo, azufre, magnesio, calcio, cloro, hierro, vitamina C y ácido fólico. El alto contenido de celulosa lo convierte en un aliado del buen funcionamiento y la regularidad intestinal. Las castañas también tienen propiedades anti-inflamatorias, debido a la presencia de ácidos fenólicos, de los cuales se conoce el poder antioxidante y la capacidad de prevenir el estrés oxidativo.
El uso de las castañas en la belleza
De hecho, es precisamente la presencia de esta gran cantidad de antioxidantes lo que la convierte en grandes aliadas de belleza: por ejemplo, el extracto de castaño es útil para mejorar la hidratación de la piel y reparar los daños causados por los rayos ultravioletas.
La vitamina C presente en la fruta es útil para la producción de colágeno, para aportar elasticidad y para la tonicidad de los tejidos de la piel.
La pulpa de la castaña es astringente y por eso se emplea en la preparación de mascarillas, especialmentepara aquellos que tienen la piel grasa. Simplemente se hierve la fruta y se tritura la pulpa. Se puede añadir zumo de naranja para aumentar el efecto astringente de la mascarilla, o leche y miel para un efecto más nutritivo y emoliente, o incluso yogur natural para iluminar la tez.
Con las pieles de la fruta o con el agua de cocción se puede preparar una decocción para usarla en el último aclarado del cabello. Así se logra un pelo brillante y suave.
Pero cuidado: el tratamiento sólo es adecuado para las personas con cabello oscuro o marrón, ya que deja reflejos de color cobre. Las personas con pelo rubio es mejor que usen las hojas que se deben hervir durante 20 minutos y luego se filtra y se usa como enjuague.
Si queremos usarlas para el cuerpo necesitaremos harina de castañas, mezclada con agua termal, unas gotas de aceite de almendras y miel. Con estos productos haremos un excelente exfoliante que deja la piel suave y brillante.
