Si eres de los que se estresa con su vida por el cúmulo de trabajo, por tener que compaginar la vida familiar y laboral o por el simple día a día, esta puede ser una gran solución que no sólo reduce el nerviosismo sino también los sentimientos negativos. Es algo muy sencillo, una estancia de cristal en medio de la naturaleza con la que se consiguen increíbles resultados en tan solo 72 horas.
Que la naturaleza sirve para reducir el estrés es algo bien sabido y estudiado pero el problema está en que no siempre tenemos opción de vivir rodeados de este ambiente natural. Ahora se ha podido comprobar que el hecho de pasar 3 días inmersos en un entorno natural son suficientes para lograr reducir el estrés al que nos vemos sometidos habitualmente. En estas 72 horas el cuerpo es capaz de regenerarse y envolverse de la tranquilidad y la paz que se respira en plena naturaleza y que esto repercute positivamente en la salud física mental.
En Suecia suelen ser conscientes de la importancia que tiene amar la naturaleza y disponen de muchos espacios verdes, bosques y lagos en los que poder refugiarse y escapar de la ciudad.
Y de allí surgió la idea de instalar estas cabañas de vidrio que podemos encontrar en Henriksholm, una isla privada de la provincia de Dalsland, que se caracteriza por un fabuloso paisaje, bosques y prados intactos.
Las mini-cabañas, diseñadas por Jeanna Berger, una estudiante de arquitectura sueca cuyos padres son los propietarios de la isla, se han ido instalando en varios puntos remotos y de lo más hermosos de Henriksholm. Estas mini-habitaciones están diseñadas para un máximo de dos personas, son de cristal y tienen como función principal el contacto total con la naturaleza y el reposo y bienestar de quienes las usen.
Los investigadores del Instituto Karolinska (universidad líder en investigación médica con sede en Estocolmo) quisieron ver los efectos de estas cabañas sobre las personas después de 3 días alojados en ellas.
Hubo 5 participantes en este experimento: Chris, un periodista de viajes de Londres que iba en busca de paz y tranquilidad, Steffi, policía de Múnich que quería desconectar del evidente estrés que provoca su trabajo; Ben, un presentador de televisión de Londres; Baqer, un coordinador de eventos de la ciudad de Nueva York que no para ni un minuto quieto, y Marilyne, un taxista parisino que cada día tiene que lidiar entre miles de coches para abrirse paso por la ciudad.
Después de haber pasado estos tres días en la isla de Henriksholm, alojados en estas pequeñas cabinas de vidrio y participando también en actividades al aire libre, habían experimentado niveles significativos de reducción del estrés de hasta en un 70%.
Además también les redujo la presión arterial en un 9%, las frecuencias cardíacas eran más bajas y se pudo observar una disminución significativa de la ansiedad.
Una vez que se completó el estudio se abrieron al público las mini-cabañas en las que las personas pueden estar 72 horas. No se trata de alojar a turistas sino de ayudar a personas que necesitan reducir su estrés. Sobre todo para las personas que viven en la ciudad y realizan trabajos exigentes. Aún está por ver cuánto dura el efecto de esta terapia de 3 días.