La tos es uno de los síntomas más molestos de muchas Enfermedades de la garganta. Su aparición se puede deber a muchos motivos, desde una inflamación de las cuerdas vocales, presencia de mucosidad en los pulmones, inflamación de las anginas o un simple catarro. En todos estos casos, la única manera de conseguir que desaparezca por completo es esperar a que el propio cuerpo sane las partes u órganos afectados. Sin embargo, durante el proceso de curación, existen una serie de remedios caseros que van a permitir evitar la tos y las molestias causadas por su constante repetición.
1. Beber muchos líquidos
Desde infusiones a simplemente beber agua. Beber líquidos es una de las mejores formas de tratar la tos ya que, en el acto de tragar, se arrastran una gran cantidad de bacterias y gérmenes que se depositan en la garganta. De esta forma, se evitará la proliferación de estos microbios en las zonas más afectadas. Por otro lado, la abundancia de líquidos permitirá expulsar mejor las flemas y la mucosidad que se pueda acumular tanto en la nariz como en los pulmones, por lo que se trata de un remedio excelente para acelerar la recuperación de los procesos catarrales y gripales.
2. Jengibre
El jengibre tiene muchísimas propiedades beneficiosas para nuestro organismo y, entre ellas, destaca su capacidad para evitar la tos y evitar que reaparezca.
Se puede consumir de muchas formas, desde ingerirlo directamente, en forma de ralladura con la comida o encurtido. Sin embargo, la forma más efectiva que vamos a encontrar de hacerlo es en infusión, que se podrá combinar con unas gotas de limón si se quiere rebajar la fuerza de su sabor.
3. Aceite de árbol de té
Este aceite es tóxico y no debe tragarse bajo ningún concepto.
La forma adecuada para usarlo y evitar la tos consistirá en disolver unas pocas gotas en agua y hacer gárgaras después de cepillarse los dientes. Esta agua se deberá escupir al terminar las gárgaras. Gracias a sus propiedades antibacterianas y calmantes, va a permitir solucionar los ataques de tos de forma muy eficiente.
4. Miel
La miel es uno de los remedios más antiguos y populares contra la tos. Las virtudes de este alimento proceden de dos aspectos fundamentales, la capacidad de suavizar la garganta (que calmará el dolor producido por la tos seca), y su capacidad antibacteriana (que eliminará la mayor parte de los gérmenes que puedan acumularse en la garganta). La mejor forma de consumirla es en infusión o con un vaso de leche caliente. Sin embargo, también puede tomarse directamente sin necesidad de disolverla previamente en ningún líquido.
5. Infusión de tomillo
El tomillo presenta las mismas características antibacterianas que ya hemos mencionado pero, en esta ocasión, además se trata de una planta expectorante que va a facilitar la expulsión de la mucosidad y la flema. Debido precisamente a esto, se trata de uno de los remedios más recomendados en el caso de que la tos proceda de un proceso catarral con abundante mucosidad.