El Herpes es una de las Enfermedades más comunes y, al mismo tiempo, una de las más complicadas de tratar. El herpes está causado por un virus (virus herpes simples o virus herpes hominis). Esto hace que sea una enfermedad que es completamente inmune a los antibióticos (que solo sirven para curar enfermedades causadas por bacterias).
Los tratamientos tradicionales que se venden en farmacia están formulados a partir de compuestos formulados para contener la infección pero, al tratarse de un virus, la realidad es que resultan poco eficientes en la mayoría de los casos.
A continuación, vamos a mostrar algunas pautas naturales que influirán de forma significativa tanto en la prevención como en el tratamiento del herpes una vez que este haya aparecido.
1. Evitar los contagios
El herpes es un virus que se puede contagiar muy fácilmente. De hecho, casi la práctica totalidad de los seres humanos se contagian de él en algún momento de sus vidas. Por eso, es necesario extremar la precaución cuando se manifiesta. En este sentido, se debe evitar el contacto directo con el virus (evitando los besos en el caso de se manifieste en los labios o cerca de la boca). Por otro lado, se deberá evitar compartir cubiertos, vasos, o tejidos como toallas, ya que son lugares en los que el virus puede proliferar y pasar de una persona a otra.
2. Evitar la exposición al sol
A diferencia de otros virus que están más activos durante los meses de invierno, el herpes es un virus que reacciona en los entornos cálidos y, especialmente, a los rayos solares. Por esto, la zona que esté afectada por el virus deberá protegerse por completo de cualquier exposición solar. Así mismo, es importante no aplicar cremas de protección solar sobre la zona afectada, ya que la humedad y la grasa podría favorecer su expansión.
Lo más adecuado, será cubrirlo con una tela que permita transpirar pero que evite por completo el paso de los rayos del sol.
3. Un sistema inmunológico fuerte
El herpes, al igual que todos los virus, proliferan mejor en organismos cuyas defensas están más bajas. En este sentido, es importante que se lleven hábitos saludables que favorezcan un sistema inmunológico fuerte.
Esto, como es lógico, no se puede hacer de la noche a la mañana, sino que deberá ser la consecuencia de un estilo de vida saludable y constante.
Sin embargo, sí que se puede favorecen la fortaleza del sistema inmunológico en poco tiempo evitando el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas, bebidas con cafeína, alimentos desnaturalizados y procesados, así como durmiendo bastantes horas. Todos estos hábitos, deberán realizarse siempre, pero más todavía cuando se quiera acelerar la curación de un herpes.
4. Aceite de árbol de té
A diferencia de los productos medicamentosos, la naturaleza dispone de antivirales muy eficientes contra esa tipo de infecciones. Uno de ellos, y tal vez el más efectivo, es el aceite de árbol de té. Este aceite se obtiene de un árbol original de Australia.
Se trata de un aceite tóxico para la salud, por lo que nunca deberá ser ingerido.
Sin embargo, se trata de un aceite con múltiples usos cosméticos, entre ellos, eliminar los virus de la piel, incluido el herpes. Como es un aceite muy agresivo, se deberá aplicar directamente sobre la zona afectada una o dos veces al día durante los primeros días hasta que la infección remita. Después, se procederá aplicarlo una única vez antes de meternos en la cama.