El abuso de los antibióticos y antisépticos, ha acelerado el proceso de adaptación genética de los virus y bacterias y su proliferación, convirtiéndose en “súper-bacterias” resistentes a casi todos los tipo de medicamentos químicos existentes, tales como la cepa de la tuberculosis “TDR” (totalmente resistente a los medicamentos) y el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), particularmente perjudicial en bebés y niños.
La rápida adaptación al medio de las bacterias, amenaza el progreso y evolución de la medicina moderna, poniendo en alerta la salud pública mundial y suponiendo casi un retroceso a la era pre-antibiótica.
Esto ha disparado el uso de los medicamentos de último recurso, mucho más tóxicos que los convencionales y cada vez menos efectivos. La OMS estima que, a nivel mundial, las bacterias resistentes se cobran 700.000 vidas al año, 25.000 muertes en Europa y crecen mucho más deprisa que la capacidad médica para crear antibióticos nuevos.
Sin embargo, desde la existencia de la humanidad, se han utilizado los recursos naturales para prevenir enfermedades. La naturaleza pone a nuestra disposición todo tipo de remedios que a lo largo de los años han sido sustituidos casi por completo por la medicina moderna. Una información adecuada sobre la variedad de antibióticos naturales disponibles, podría frenar el uso irresponsable de los medicamentos.
La utilización de medicamentos en tratamientos de afecciones leves o mal diagnosticadas, así como su uso descontrolado en animales de forma sistemática y generalizada, han sido los principales causantes de esta situación. Para poder detener la proliferación de nuevos virus y bacterias, además de regular el consumo de los medicamentos ya existentes, debemos desarrollar alternativas para prevenir enfermedades y cuidar nuestra salud.
Por ello, es indispensable conocer algunos de los antibióticos naturales disponibles al alcance de todos, que nos ayudan a evitar las infecciones y a aliviar los síntomas.
Mientras que los fármacos han demostrado ser ineficaces y perjudiciales a largo plazo, las plantas no pierden efectividad ni generan resistencia en las bacterias y no tienen efectos secundarios.
Contienen muchas más sustancias activas que los medicamentos, por lo que permite utilizarlas para tratar cualquier afección y curar infecciones leves.
Antibióticos naturales que podemos encontrar fácilmente
En realidad, los antibióticos convencionales sólo deberían utilizarse en situaciones de emergencia y como último recurso, utilizando la naturaleza como farmacia para cuidar de nuestra salud. Algunas plantas medicinales muy efectivas son:
Ajo: Rico en alicina, contiene 70 compuestos con propiedades antimicrobianas. Es tan potente y efectivo como un antibiótico de amplio espectro y se usa como tratamiento en varios tipos de infecciones.
Cebolla: Combate infecciones respiratorias y bacterianas.
Depura el cuerpo y aniquila organismos nocivos
Limón: Bactericida poderoso que ayuda a la prevención de enfermedades y reduce el tiempo de recuperación.
Equinacea: Combate diversas infecciones como la gripe, pues contiene activos que actúan contra bacterias y virus, y fortalece el sistema inmune.
Jengibre: Rico en gingerol, tiene poderosos efectos antibacteriales y antimicóticos, y además fortalece el sistema inmune.
Existen muchas otras plantas medicinales que puedes utilizar, por ejemplo: Eucalipto, Sello de Oro, Aloe Vera, Acacia, Miel, Regaliz, Arbol del Té, Aceite de Orégano, Vinagre de manzana o la Cayena.