China crea un sombrero para controlar las ondas cerebrales de los trabajadores con el objetivo de que las empresas aumenten la eficiencia y los beneficios. Se trata de gorros con sensores inalámbricos, aplicables a cascos normales y cascos de trabajo, capaces de monitorear constantemente al usuario. Los datos adquiridos se transmiten a unos ordenadores que, utilizando algoritmos e inteligencia artificial, detectan picos emocionales como la depresión, la ansiedad o la ira.
Esta nueva tecnología ha impulsado las ganancias corporativas en miles de millones de yuanes debido a que asegura altos estándares de trabajo.
Según el periódico de Hong Kong South China Morning Post, la República Popular es el primer país del mundo en adoptar una tecnología capaz de controlar las emociones y otras actividades mentales en el lugar de trabajo y a gran escala.
Información que utiliza Hangzhou Zhongheng Electric, una compañía especializada en la producción de equipos de telecomunicaciones, para determinar la frecuencia y la duración de los períodos de descanso a fin de reducir el estrés mental y aumentar la eficiencia de sus empleados.
Pero la compañía Hangzhou no es la única que abrazó este sistema futurista.
China es pionera en usar esta tecnología en el día a día
De hecho, en otras partes del mundo este tipo de tecnología se usa únicamente a nivel experimental. Por ejemplo, en los Estados Unidos se limita a competiciones de tiro con arco. Según los expertos, en ningún otro lugar se usa tan masivamente como en China, donde ya está presente en fábricas, en transporte público, en compañías estatales e incluso en el ejército.
En el caso de Ningbo Shenyang Logistics, los dispositivos, integrados con auriculares de realidad virtual para simular diferentes escenarios de trabajo, se utilizan para formar a los nuevos trabajadores y minimizar los errores.
Según las estimaciones de la compañía, los ingresos acumulados en los dos años desde la introducción del "sistema de vigilancia" ascienden a 140 millones de yuanes. Pero no se trata sólo de beneficios rentables.
Según confirmó Jin Jia, profesor asociado de ciencias neurológicas y psicología cognitiva en la escuela de negocios de la Universidad de Ningbo, la presencia de un empleado particularmente emocional en una tarea clave puede afectar toda la línea de producción, poniendo en peligro su propia seguridad y la de los otros:
"Cuando el sistema emite una advertencia, el gerente le pide al trabajador que se tome un día libre o que desempeñe un papel menos crítico. Algunos trabajos requieren alta concentración.
No hay lugar para un error ", explica el experto que forma parte del centro de investigación Neuro Cap, financiado por el gobierno chino.
Hasta en los hospitales
En Shanghai, la prestigiosa Universidad Fudan está trabajando para desarrollar, en asociación con el Hospital Changhai, sensores más sofisticados para monitorear las emociones de los pacientes y reducir las agresiones contra el personal médico que cada vez van a más.
Deayea, la compañía tecnológica que suministra los dispositivos a los maquinistas empleados en la línea de alta velocidad Beijing-Shanghai asegura una mayor seguridad, y hace alarde de una precisión de los resultados del 90%. En un futuro no muy lejano, China también podría convertirse en el primer país del mundo en adoptar la vigilancia cerebral en las cabinas de avión.