El líder norcoreano Kim Jong-un ha amenazado este jueves con lanzar una segunda bomba de hidrógeno en el Pacífico en respuesta a las provocaciones verbales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su primera intervención en la Asamblea General de la Naciones Unidas celebrada el pasado 19 de septiembre.
La amenaza se ha servido en un comunicado de dos páginas emitido por la agencia de noticias estatal de Corea del Norte, KCNA.
donde Kim Jong-un se ha referido al presidente estadounidense como un "viejo mentalmente desquiciado" y ha asegurado que "hará pagar caro las amenazas de destruir Corea del Norte y sus burlas a ojos del mundo entero".
En las horas previas a la emisión del comunicado norcoreano, Donald Trump había amenazado con un ataque militar además de anunciar una la tercera oleada de sanciones en 2017 contra Corea del Norte penando a empresas, individuos e instituciones financieras que "contribuyan a mantener el programa nuclear del país que vive bajo un régimen criminal".
La posibilidad de un nuevo lanzamiento de la bomba de hidrógeno sobre el Pacífico se conoció de la mano del Ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ring Yong Ho, quien compareció ante los periodistas en un hotel de Nueva York para asegurar que "podría tratarse de la más poderosa de las detonaciones" pero, matizó, "las acciones que podrían tomarse solo van a saberse en el momento en que Kim Jong-un decida ordenarlas".
No es la primera vez que Corea del Norte pone a prueba sus misiles a modo de provocación para Estados Unidos y de intimidación para el resto del mundo. La semana pasada, el país lanzó un misil que sobrevoló la región de Hokkaido, Japón, obligando a las instituciones a hacer sonar todas las alarmas. Dos semanas antes, Pyongyang hizo detonar en su campo de pruebas de Punggye-ri una bomba de hidrógeno de tal potencia que causó un terremoto de magnitud 6.3, llegándose a sentir en la frontera del país con China.
Mientras que las instituciones internacionales buscan nuevas estrategias que arrinconen a la administración de Corea del Norte existen serias dudas de si sanciones como la del Banco Central de China, que habría ordenado a todas las instituciones financieras aplicar las sanciones de la ONU y cancelar los negocios con Pyonyang, claves para la economía del país, frenarán al líder norcoreano y su armamento balístico de continuar provocando a Estados Unidos con las amenazas de un ataque "por encima de todo lo que se espera".