Hasta hace poco fue el reto de la Ballena Azul, viralizado en Rusia, el que preocupó a los padres de medio mundo. Sin saber cómo, cientos de adolescentes comenzaron a seguir los macabros retos contrarios a la integridad física que inducían al suicidio -150 adolescentes rusos perdieron la vida jugando- desde una página de internet.

Antes había sido el reto del 'Hot Water Challenge" -tirarse agua hirviendo encima-, la prueba de ponerse hasta 100 jerséis que casi acaba con la vida de una adolescente en Estados Unidos o el de hacerse fotografías al borde de precipicios, edificios en obra o puentes.

Ahora, la moda es grabarse quemándose la piel con hielo y sal aguantando más que el resto de participantes. Como todos los retos anteriores, es imposible saber en qué rincón de internet ha nacido la moda pero es más que evidente cómo termina el que decide seguirla.

El día 13 de septiembre la Guardia Civil advertía de una "chorrada viral" que había nacido en Estados Unidos hace varios años y estaba empezando a llamar la atención de los adolescentes españoles. Una advertencia que llegó a los usuarios pero que no frenó a los que ya pretendían retarse con sus amigos.

En primer lugar, los jugadores se echan sal en la piel para, a continuación, ponerla en contacto con el hielo.

La reacción química que se provoca entre el cloruro de sodio y el hielo hace que aparezca una película de agua que alcanza temperaturas de hasta 17 grados bajo cero, provocando quemaduras que pueden llegar a ser irreversibles. Gana el que aguante más tiempo y exhiba sus heridas después. En casos extremos, pueden provocarse daños permanentes en huesos y músculos que afecten a la movilidad.

Al parecer, este reto ya existía en los pasillos de los colegios pero ahora se ha popularizado gracias a internet. Basta con escribir "Ice and Water Challenge" en Youtube para encontrarse varias páginas con la demostración de que son un gran número los que no piensan en las consecuencias de mezclar hielo y sal sobre la dermis.

El caso que más ha llamado la atención de los medios internacionales ha sido el de un adolescente estadounidense de 12 años que le pidió a su hermano el dibujo de una cruz con hielo y sal en su espalda. Tras 20 agónicos minutos, el joven tuvo que acudir a urgencias por las quemaduras de segundo grado que se había provocado. Tal fue el daño que tuvo que ser ingresado y recibir tratamiento durante todo el verano. Una marca de inconsciencia que le durará el resto de su vida.