Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista The Lancet por científicos del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, advierte que para 2100, la población de 23 países, entre ellos España, Italia, Japón, e incluso China, se verá reducida a la mitad.

Esto podría parecer, a primera vista, una buena noticia para aquellos que avizoraban un mundo superpoblado, sin recursos naturales suficientes para todos. Sin duda, hay un sinfín de razones ambientales para acatar con entusiasmo esta proyección.

Sin embargo, de acuerdo con los expertos, el declive global de nacimientos tendrá consecuencias que la humanidad no está preparada para afrontar.

Las dos caras de la moneda

Al parecer, como dice el dicho, todas las monedas tienen dos caras: los tan merecidos logros académicos y laborales de la Mujer moderna, su acceso a métodos de anticoncepción, su éxito al escalar posiciones destacadas en todos los espectros de la sociedad, hace que decida tener menos hijos y cada vez más tarde.

Así que, por un lado, está la mujer de hoy que ya no es una mera fábrica de hijos y que toma sus propias decisiones sobre su cuerpo y su destino, y por el otro, el hecho es que nacen menos Niños, debido al declive de la tasa de fertilidad, que cayó de 4,7 a 2,4 niños aproximadamente, número que según el grupo científico de la Universidad de Washington, seguirá descendiendo aún más cada año.

Otro factor importante a tener en cuenta es que la población, no solo descenderá sino que también envejecerá de forma muy marcada, al punto que habrá casi el mismo número de ancianos como de recién nacidos.

Un mundo con más abuelos que nietos

Lo cierto es que los expertos no se esperaban semejante reducción de la tasa de fecundidad global y consideran en extremo preocupante que la tasa de fertilidad caiga por debajo de los niveles requeridos para reemplazar a la población, con lo cual, el mundo llegará a tener más abuelos que nietos y deberá enfrentar una extraordinaria reorganización social.

Por otra parte, en la actualidad, la pandemia del coronavirus también está afectando las decisiones reproductivas: En principio, en vistas de que no hay evidencia cierta de cómo puede afectar el coronavirus en el embarazo, todas las personas que estaban por comenzar tratamientos de reproducción asistida tuvieron que posponer sus anhelos.

Asimismo, las consecuencias emocionales y la incertidumbre económica que trajo aparejadas la pandemia, están llevando a muchas Parejas a aplazar los planes de traer un hijo al mundo, por el momento.

Abriendo las fronteras y el pensamiento

Algunos países han optado por fomentar la inmigración para contrabalancear el declive de la tasa de fecundidad y aumentar su población. En este sentido, es promisorio que muchas naciones abran sus fronteras a tantas personas que buscan refugio. Tan positivo como ha sido el hecho de que la mujer haya encontrado su lugar en el mundo y conquistado todas las fronteras, no solo como reproductora. Quizás, de esta manera, abriendo fronteras y nuevas formas de pensamiento, es como la humanidad va a poder crecer cualitativamente, para que los bebés sigan llegando a un mundo que vale la pena ser habitado.