Uno de los temas claves que han marcado la campaña electoral de este domingo 28 de abril, y que destacará en la campaña de las europeas, autonómicas y municipales, es el nacionalismo y reparto territorial de España. Los partidos de la derecha española son críticos con los nacionalistas de otras Comunidades Autónomas, principalmente Cataluña y el País Vasco. No obstante, no son conscientes de que su nacionalismo también es muy perjudicial para el futuro del país que defienden.

Sin medidas para solucionar el problema

En los debates que se han dado a nivel nacional se ha tratado el sistema territorial de España.

Se ha hablado mucho pero, ¿qué se ha propuesto? Las tres derechas están en disputa por el voto nacionalista español y, para ello, no han tratado de proponer nada. Solo se han valido de descalificaciones contra el JuntsxCat y ERC para intentar ganar votantes.

Pese a que políticamente no sirva para nada, la estrategia de confrontación que realizan los actores nacionalistas se retroalimenta y les permite ganar votos por cada una de sus vertientes. En Cataluña, es importante un clima de tensión contra 'España', la cual no deja de ser la derecha política española, mientras en el resto del territorio es importante que los nacionalistas catalanes sigan buscando la independencia para apelar al voto nacionalista español.

La prueba de esto es que, tanto Pablo Casado como Albert Rivera, se han hecho valer de adjetivos descalificativos, como 'batasunos', 'independentistas' o 'separatistas', para hablar identificar a los partidos nacionalistas catalanes y vascos durante los debates de esta semana. Tantos a ellos como a VOX no les interesa un clima agradable y de entendimiento político porque ello les haría perder votos en favor del PSOE.

La confrontación nacionalista favorece a la derecha, sin este tema en debate perderían votos.

La rueda sin fin

Este conflicto no solo lo desea la derecha española, también lo desea el independentismo catalán, en mayor medida su partido de derechas, el JuntsxCat, antes que ERC, el cual ha tomado un posición de mayor deseo de diálogo.

Las pruebas están en la reunión en el Palacio de Pedralbes. Pedro Sánchez ofreció un diálogo al presidente de la Generalitat, hizo un Consejo de Ministros en Barcelona y no consiguió nada a cambio.

La ruptura definitiva de los posibles acercamientos entre ambos partidos se dio con el rechazo de los presupuestos generales del Estado, los cuales no fueron votados a favor ni por el JuntsxCat ni por ERC. No obstante, la caída prevista del JuntsxCat y la subida de ERC puede generar nuevos diálogos entre el futuro gobierno español y los interlocutores catalanes, siempre que la triple derecha no gobierne tras el 28 de abril.