La cumbre de Katowice es otro ejemplo más de la falta de criterio por parte de gobernantes y gobernados, de la política y de la ciencia. Aristóteles decía: que la política es el arte de hacer las cosas que siempre pueden ser de otra manera. Algo similar está ocurriendo en el terreno científico. La ciencia, cuyo modo de ser es evitar el dogmatismo de fe mediante los hechos demostrados, los fenómenos, está incurriendo en los mismos males que trataba de excluir de la razón. Está derivando hacia el dogmatismo de la creencia. De los hechos posibles.

No la de fenómenos reales y comprobados.

El clima cambia constantemente

La ciencia ni puede ni debe transformarse en un instrumento de uso político. Son disciplinas absolutamente imposibles de conjugar. La ciencia debe elevarse por encima de las creencias y emitir juicio con hechos empíricos y demostrables. No caer jamás en falacias tan vulgares como la del tobogán, en la cual se toma por buena la conclusión extraída de las posibles premisas anteriores. Se hace pertinente en este momento recordar el concepto de compromiso ontológico de las teorías y el falsacionismo de K. Popper. Una teoría científica seria debe ser vulnerable a los contraejemplos. Un ejemplo de un alto compromiso ontológico en una teoría sería decir: esta tarde va a llover en Madrid a las cinco en punto de la tarde y va a haber una acumulación resultante de quince milímetros por metro cuadrado.

Es fácilmente falsable porque el enunciado contiene concreciones determinantes para evaluar el fenómeno.

No hay compromiso ontológico con el clima

Es importante en este punto hacer un breve trayecto por los distintos enunciados apocalípticos que se han ido lanzando al público a lo largo de los años. Primero el agujero de la capa de ozono haría subir las temperaturas de forma global debido al efecto invernadero.

Esta teoría tenía bastante compromiso ontológico ya que se podía hacer un correlato fuerte, en palabras de Hans Reichenbach, y evaluar la proporcionalidad de los fenómenos resultantes. Posteriores comprobaciones han demostrado que la capa de ozono no es algo inmutable y fijo, es cambiante y contingente. Más adelante se anunció con grandilocuencia que los polos se fundirían y subiría el nivel del mar a lo largo y ancho del planeta.

Esta teoría también estaba bastante comprometida aunque ignoraba bastantes hechos científicos curiosamente. Sin ir más lejos al propio Arquímedes. Ya que aunque todo el polo norte se deshaga el mar no subiría ni un centímetro. Ya que es un enorme bloque de hielo flotante y el volumen de agua que desaloja es proporcional a su masa. En último término y debido a los anteriores fracasos teóricos el postulado es: aumento de la temperatura global. Este postulado es con mucho el menos comprometido y el que menos sentido tiene, ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Nada hay definido, por tanto, es imposible de falsar o verificar. Si no hay compromiso científico con el problema existente difícilmente se podrá actuar desde otras esferas.