Después de, prácticamente, un mes de haber culminado de manera algo decepcionante la primera vuelta presidencial, donde, según economistas, políticos y abogados prestigiosos y cotizados del país, Colombia se jugaba distintas evoluciones, bien en el ámbito económico, político o social, puedo dictaminar, enmarcando como opinión personal las siguientes palabras, que, la solución de Colombia, son las propuestas contundentes de Fajardo.

Algo irónico sería dar dicha afirmación sin argumentos constructivos y no destructivos, éstos últimos que tanta acogida está teniendo por la población colombiana fruto a la desinformación -la cual caracterizo como masacre- de las redes sociales.

Iván Duque novato en la política

Iván Duque, un abogado literalmente novato para el mundo de la política que, según Juan Manuel Santos (presidente saliente), ha y supo desempeñar distintos micro cargos dentro de organizaciones gubernamentales, bien en lo político o judicial pero, donde realmente se dió a conocer, fue en el Congreso de la República donde, junto a los individuos bajo la etiqueta del Centro Democrático, encaminó distintos proyectos ley que tanto daño le están haciendo al país en el día de hoy. Ingenuidad y sometimiento son dos adjetivos que, fácilmente, pueden ser emplazados ante ésta persona que, como tal, merece respeto e igualdad, pues así lo consagra nuestra Constitución Política.

Los adjetivos arriba mencionados no los difumino a los cuatro vientos sin dar un por qué. Analicemos una de las propuestas del candidato presidencial en ésta segunda vuelta, una propuesta donde propone la exoneración del pago del I.V.A. a las empresas durante seis días al mes, en un principio, todo daría motivos para festejar la condena tributaria que provoca sufrimiento al sector empresarial del país, pero bien es sabido, si profundizamos en el tema, que dicho I.V.A.

es necesario para tener a una Colombia bien educada, bien equitativa y bien segura, como bien apuestan todos y cada uno de los políticos. Pongámonos a analizar la crítica situación de la economía colombiana si ésta dejara de recibir un impuesto que es recogido para destinarlo a distintos sectores igual o de mayor importancia, como la educación o la sanidad.

¿Es realmente lo que necesita Colombia? Como dice una dicha, mejor prevenir que lamentar.

Gustavo Petro

¡Y qué decir de Gustavo Petro! Petro conjetura en una situación que es asignada por la mayoría de los colombianos, él y su supuesta participación en los distintos grupos al margen de la ley, históricos o no, del país. Quizá provoque ardor la siguiente nota histórica, de manera fugaz, y es que bien es sabido que, situándonos en un contexto histórico, todos los grupos que hoy conocemos como guerrilleros, surgieron con un propósito algo benéfico para la ciudadanía, lograr una democracia igualitaria e inviolable. Otra cosa muy distinta es que, con el paso del tiempo, éstos se hayan ido distorsionando y convirtiendo en la cosa desechable que hoy podemos observar, tanto tú, como yo. Tenaz considero la persona que relaciona a Petro con cometidos al margen de la ley si realmente conoce la historia política de Colombia.