Todos conocemos a Alba Carrillo por sus pequeñas apariciones en la televisión, y, actualmente, por su participación (pésima) en Supervivientes, junto a su madre, Lucia. Personalmente pienso que, tanto Alba como Lucía, no son personajes que puedan llegar a interesar en un reallity cómo Supervivientes, donde la base está en saber sobrevivir y llevar el estrés que eso conlleva, día tras día. Pienso que ambos personajes fueran sido fichajes estrellas para una edición de Gran Hermano VIP.
Todos conocíamos a Alba por ser la ex de, y es que lamentablemente, esa es la etiqueta que muchas mujeres consideradas interés mediático televisivo, son por haber tenido relaciones amorosas con hijos de grandes presentadores, políticos, presentadores, colaboradores, etcétera.
Pero, ¿quién es la verdadera Alba Carrillo?. Te puedo asegurar que tiene un pasado tan pésimo como el papel teatral que la madre de ésta está practicando dentro de la Isla Hondureña.
Alba nació en el año 1986, en Madrid. Creció en un barrio humilde. Estudió la EGB en un colegio público, donde ciertas profesoras que les tocó, lamentablemente, tenerla como alumna, nos relatan sus experiencias con ella. La docente María Concepción, relata: ''Además de ser una niña mal educada, en cuanto a que era capaz de tratar mal a sus compañeras o a los distintos órganos docentes del colegio, tenía una madre, cuyo nombre no recuerdo, que se encargaba fielmente de apoyar las actuaciones pésimas de su hija. Obtenía malas calificaciones, nunca tuvo interés por el estudio y, si se llegó a graduar, fue por las distintas ayudas académicas que el mismo colegio le brindaba.
Alba fue para mí esa experiencia la cual no deseo a ningún docente que pase por esa situación. ¡Es muy duro estar impartiendo clase y tener a un joven interrumpiendo, y, para el colmo, le regañas y tratan de rebelarse alzándote la voz".
Alba, al cumplir 18 años, empezó con las sustancias sico-activas, según amigas de su época.
Llegó a ingerir sustancias tóxicas, como metano. ''Todo era ejemplo que propiciaba la misma juventud del barrio, pero tampoco podíamos ver al papel de la madre o del padre actuar. Ellos mismos la veían y no le decían nada, le hacían caso omiso. Parte de la culpa la tienen ellos. Yo, por ejemplo, lo confieso, también hacia cosas de esas, pero tenía a mis padres detrás con la misma charla de siempre, pero esa charla fue la que me ayudó a salir de ese hueco negro. ¿Habrá logrado salir ella? Nunca lo sabremos'', relata Noelia, la que fue amiga íntima de Alba.