El Mundial de fútbol es una buena herramienta para aumentar el prestigio del país que lo celebra. Por ello hay gobiernos especialmente interesados en conseguir que esta clase de eventos deportivos de alcance mediático internacional se celebren en sus naciones.

Intereses y claves políticas de los grandes eventos deportivos

Hace pocos días un programa de televisión de una conocida emisora española destapaba el tráfico de influencias e intereses que existen entre la FIFA y varios grupos de poder para favorecer que los mundiales y otros eventos se celebren en unos países, con preferencia sobre otros.

En concreto, el programa trataba en profundidad la polémica elección de Qatar como sede para el Mundial de 2022 y las consecuencias que ha tenido para determinadas personas el denunciar hechos que consideran fraudulentos en torno a esta elección.

Esos intereses no pueden entenderse solo en términos económicos, que también es un aliciente fundamental para esas maniobras, sino también como herramienta de poder geopolítico. Puede entenderse esto último en dos vertientes: el "lavado de cara" nacional e internacional y la reivindicación del país como un estado seguro y confiable, que merece la pena conocer y visitar.

El Mundial alimenta el plan geopolítico de Rusia

Podemos centrarnos en el caso de Rusia: un país que en los últimos años ha empeorado sensiblemente su imagen en el exterior.

Políticamente, casi nadie se fía del gobierno de Vladimir Putin. A su gabinete se le ha acusado de estar detrás de muchos de los sucesos políticos y sociales desestabilizadores de la UE, como por ejemplo el auge de la extrema derecha en Francia, la llegada al poder de Donald Trump en EEUU. o incluso de alimentar a través de propaganda y fake news en las RRSS el llamado procés independentista de Catalunya.

Sin embargo, la proyección internacional que le está otorgando a Rusia ser sede del Mundial está permitiendo, en alguna manera, que todo eso se "olvide". Dicho de otra forma, la poderosa publicidad que da un evento deportivo de esas características permite al país ofrecer una imagen distinta al poderoso estado euroasiático, una imagen bondadosa y cercana que no atemoriza.

Esa es la clave Geopolítica que Putin quiere alimentar de cara al exterior.

La cara amable de Rusia, en el Mundial de la geopolítica

Como añadido a lo anterior, este Mundial está permitiendo a Rusia "vender" sus fortalezas y ocultar sus debilidades. Una imagen de un estado capaz de asumir la seguridad de un evento internacional de enormes dimensiones sin problemas ni conflictos, en el que hay ambiente de fiesta por las calles, en vez de dar la imagen de un estado con una grave crisis económica y con un líder político cuyo mayor ansía es perpetuarse en el poder, y convertir a su país en una potencia dominante en el entorno geopolítico euroasiático.

Por lo tanto, hay que prestar atención a dónde se celebren los grandes eventos deportivos en el futuro, ya sean Mundiales u Olimpiadas, ya que los países que consigan convertirse en sus sedes lo aprovecharán para aumentar su prestigio y lavar sus miserias.