En una generación donde la SPA (síndrome del pensamiento acelerado) y la depresión se encuentran en evidencia es natural encontrarnos constantemente con la duda de que algún amigo, pariente o cualquier persona cercana a nosotros, puede estar pasando por una depresión. Algunas personas pueden actuar extrañamente con actitudes que pueden ser confundidas con cansancio y estrés, lo que dificulta el diagnóstico a los ojos de alguien sin el menor conocimiento del asunto.
Nivel de irritabilidad alta
La mayoría de la gente identifica la depresión como una gran tristeza y desánimo, pero al contrario de lo que se piensa, es común que con algún índice de depresión puedan actuar de forma agresiva, constante cambio de humor y vivan expuesta a la fácil irritación.
Constante insomnio
No conseguir dormir no es algo agravante hasta que eso supere una noche. Pasar días sin dormir, además de un síntoma de alguien deprimido, causa males aún mayores, lo que llamamos insomnio crónico, llevando a la persona a pasar la noche en claro, invirtiendo los horarios, pasando el día en la cama sin conseguir levantar por la mañana, dejando incluso deberes importantes de lado.
Sentir dolores constantes e inexplicables por el cuerpo
Surgen dolor inexplicable en el cuerpo es común cuando se trata de recuperar el Salud psicológica, lo que desencadena dolores de cabeza periódicamente, dolor de espalda y dolor en los músculos.
Falta de energía
Pasar noches sin dormir desencadena la falta de ánimo y energía.
Son dos puntos que están ligados en una persona deprimida como sentirse cansado y sin disposición para realizar tareas antes simples y sin el menor esfuerzo.
Sentirse culpable
Si culpar a menudo por motivos inútiles y si auto criticar por acontecimientos irrelevantes es algo incontrolable.
Locura
Una persona deprimida vive un caos interior, y muchas personas tratan de superar este caos de una manera exagerada, optando por juegos, súbito interés y exagerada ante algo o alguien y la práctica de la actividad sexual de riesgo.
Falta de concentración
Tareas fáciles pueden convertirse en un martirio, como guardar las llaves, carteras y documentos, y luego recordar dónde está, realizar tareas del día a día se vuelven exhaustivas y, no siendo hechas con exactitud, perdiendo el foco en lo que es importante. Estimular a alguien a buscar ayuda es imprescindible. No ignore los síntomas y busque un profesional.