Ya llegó. La comunidad del videojuego puede respirar tranquila, pues se estrenó la adaptación de uno de los videojuegos más importantes de la historia: Tomb Raider. Solo que no se trata de la sensual y explosiva Lara que conocemos de principios de los años 90, una yonki de la adrenalina, el peligro, y las reliquias antiguas; sino que se trata de una versión más joven, inocente, e inexperta, más cercana a las últimas iteraciones de la heroína en consolas. ¿Pero ha merecido la pena?

Del mando, a la sala de cine

Los videojuegos de 'Tomb Raider' nunca han disfrutado de historias complejas, dignas de versiones cinematográficas.

Aquella, protagonizada por Angelina Jolie, no era más que una suerte de B-Movie de alto presupuesto, con el único objetivo de divertir a su audiencia, sin más complicaciones. Esta vez, Alicia Vikander, ganadora del Oscar por La Chica Danesa, protagoniza una versión más "humana" de la heroína, igual que los últimos videojuegos, y sorprende lo convincente que puede llegar a resultar. Esta vez, Tomb Raider trata de una historia de auto-descubrimiento y superación, pero olvida algo importante: Lara Croft es una saqueadora de tumbas.

Incluso en los últimos videojuegos, Lara Croft, más joven e inexperta, viaja con el ánimo del descubrimiento; es culta y sabe de historia, y es capaz de reconocer y descifrar enigmas antiguos.

Se trata de una joven que busca explorar, y le fascina lo que encuentra. En este caso, no hay ningún momento en el que Lara sienta una curiosas íntima por lo que hay a su alrededor. Se centran demasiado en un ligero drama familiar de ausencia paternal, pero olvidan que Lara es una saqueadora de tumbas. No hay ni un sólo instante en el que Lara mire a su alrededor, y reconozca la historia que se abre ante sus ojos, aquella fascinación que sí sentimos con nuestro añorado Indiana Jones.

Aquí, lo principal es sobrevivir y encontrar a un padre perdido, y las reliquias y tumbas son algo opcional, y que viene con el paquete.

Aprobado, sin llegar a la excelencia

Las acción es satisfactoria, y hay momentos calcados a los del videojuego. Las actuaciones son correctas, acorde a lo plano de los personajes que se nos presentan: el malo es cruel, y la heroína pura.

El guion es aceptable, teniendo en cuenta que viene de un material original carente de esfuerzo narrativo, y con historias que pueden llegar a dar vergüenza ajena. En términos generales, se trata de un filme correcto, que ninguna expectativa pretende exceder, pero que tampoco va a defraudar al fan.

Tiene momentos interesantes, como la primera vez que Lara mata a alguien para sobrevivir, pero al igual que el videojuego y su descarada disonancia ludonarrativa, en la que la historia y la jugabilidad no se complementan, en el caso de la película, la joven olvida con rapidez el trauma de haber quitado una vida, y se transforma en Rambo. De nuevo, con Angelina Jolie funcionaba, porque era el "mood" de la película, pero con Alicia Vikander, hubiera estado bien centrarse en las tumbas, la exploración, las trampas y los puzles, y olvidar a los malos malísimos que hay que matar.

Tomb Raider es buena. No es increíble, pero ofrece el espectáculo que promete. Es un ejemplo como adaptación de videojuego, pero si queréis ir a las salas de cine estos días, posiblemente encontréis algo más interesante, y con lo que os iréis a casa más satisfechos. Si sois como yo, que lo veis todo, tampoco os dolerá lo que cuesta la entrada para ver este filme.