Ready Player One llega a los cines de la mano de Steven Spielberg, y puede que sea una de las películas más inesperadas del director, puesto que se apoya en las nuevas generaciones y en el mundo de las tecnologías, la realidad virtual, y los videojuegos, siendo estos últimos el motor que mueve la cinta, y la razón principal de su existencia.
Los videojuegos lo son todo
'Ready Player One' se narra en un futuro próximo donde la sociedad está completamente enganchada a un videojuego de realidad virtual llamado Oasis, que parece no sólo proveer entretenimiento, sino que también se ha convertido en un modo de vida y un negocio para millones de personas.
En este contexto, encontramos a Wade Watts, un joven que pretende ganar un concurso que decidirá el próximo sucesor del juego, y por ende, solucionarle su vida. Se trata de una película inesperada de Spielberg, una que hace uso del lenguaje de los Millenials y sus costumbres para salir adelante, y que solo esta generación podrá comprender en su totalidad. Así pues, un servidor dispone de esa ventaja, y puede atestiguar el enorme éxito de una película que bien podría ser un 'easter egg' en sí mismo.
Spielberg incluye decenas, si no cientos, de personajes conocidos del mundo del videojuego, manteniendo la atención constante de los espectadores para poder captar todo lo que puedan en un solo visionado.
Lara Croft, Sonic, Batman, Batgirl, Bianca, Gandalf, Harley Queen, los Spartan de Halo, Raynor de Starcraft, Tracer y Reaper de Overwatch, así como armas de títulos como Gears of War..., el número de inclusiones es abrumador, y los fans del medio apreciaran la cantidad de detalles incluidos para su disfrute. Sencillamente, es una gozada, y una suerte de "encontrar a Wallie" constante.
No es una gran historia, pero es una gran película
Nada en Ready Player One va a hacer que vuestras cabezas salten por los aires, pero sí resulta un entretenimiento palomitero tremendamente eficaz. Es una película divertida, mucho, y no hay un solo segundo que puede provocar tedio, o que no esté en la línea de la narrativa que se nos cuenta, que funciona, sin más pretensiones.
Tye Sheridan, Olivia Cooke, o Ben Mendelsohn encabezan un reparto correcto, que no desentona de una labor más digital que actoral; y es que, como ya pasara con Avatar, esta historia se desarrolla en dos mundos: el real, y el digital. Para este último, los personajes están recreados por ordenador, con una gran factura técnica, y con gran acierto. Llega un punto en el que no desentona dicho cambio, y transitamos de un mundo a otro de forma continua sin resultar extraño.
Ready Player One es una genialidad. No es una obra maestra del calibre de Jurassic Park, o La Lista de Schindler, pero es una película que hará que más de uno aplauda a Spielberg por demostrar tener un talento y visión que marcha a la par que las nuevas generaciones. Más impresionante aun cuando pensamos que no hace apenas 3 meses que entrenó Los Papeles del Pentágono. La maquinaria del maestro nunca para.