Todos hemos visto los anuncios de las grandes franquicias de comida rápida. Todos hemos comido en este restaurante con un payaso por icono. Por ello, todos sabemos que las fotos que anuncian sus productos no se asemejan realmente con lo que comemos. Eso lo asumimos.

La realidad:

La pasada noche, decidí cenar en este restaurante. Algo normal. Estaba anunciado un nuevo producto que por lo que puede ver en el anuncio, me llamó mucho la atención.

Tan buena pinta tenía, que decidí cambiar o que usualmente me hubiera pedido por esta nueva hamburguesa.

Asumía que esa hamburguesa del anuncio no iba a ser la que luego me sirvieran. Sin embargo, mi sorpresa fue mayor cuando vi que, la hamburguesa que tenía en la mesa no parecía ni siquiera la que yo había pedido. Se asemejaba más a una de las que ofrecen por 1 euro antes que a una del precio que pague. Pensé, una cosa es que el anunció no sea totalmente igual y otra muy distinta que apenas haya similitud entre lo ofertado y lo vendido.

Peor fue ir a preguntar si podían añadirme alguna cantidad más de lo que llevaba, ya que la respuesta fue que la hamburguesa llevaba la cantidad que tenía que llevar, y si quería más debería pagarlo como si fuera un extra.

Algo para lo que realmente sentirse indignado, ya que la sensación con la que me quedé fue de que me había tomado el pelo.

En la fotos que se muestran aparecen las dos tiras de bacon que la hamburguesa debe llevar. Dos tiras del tamaño de mi pulgar y que, si se buscase la foto de dicha hamburguesa, se comprendería la indignación que sentí en el momento.

A pesar de ello, la hamburguesa no estaba mal de sabor. Es quizás ese el motivo por el que la gente al final siempre vuelve, sin importar el contenido.

Alternativas:

Siempre acabamos yendo a esta clase de franquicias de comida rápida cuando vamos a comer o cenar fuera y no sabemos donde ir. Sin embargo, son muchas las alternativas hasta cuando lo que queremos comer es lo mismo que ofrecen en restaurantes de comida rápida.

Sustituyamos un restaurante perteneciente a una franquicia de comida rápida por un restaurante de barrio como los muchos que podemos encontrar en nuestras ciudades. En él, pedimos una hamburguesa, que ya te viene también con patatas de guarnición y aparte pedimos un bebida. No nos saldrá la comida por 7 u 8 euros, pero si por un precio en torno a los 12.

Sin embargo, tenemos la garantía de que si nuestra hamburguesa pone que lleva lechuga, la tengamos y no un triste trozo. De igual forma con cualquier otro ingrediente de la hamburguesa.

Por ello, ¿las fotos que muestran en los anuncios son simplemente una forma de entrarnos por los ojos o nos están tomando el pelo con lo que nos ofrecen y lo que luego nos venden?