La comunidad siria ha decidido ponerse en marcha y labrarse un futuro mejor: ya se han abierto 23 escuelas en el este de Alepo, ciudad devastada por los bombardeos de la guerra

Siria en profundidad

En los años previos al comienzo de la guerra civil, Siria era un país con un sistema educativo consolidado y con una alta tasa de alfabetización. Ahora, tras casi seis años de conflicto, se ha comenzado hablar sobre la "generación perdida" en Siria ya que la guerra les ha robado su educación.

Muchos niños y niñas necesitan atención psicológica, debido a los traumas provocados por la guerra.

Y este no es el único problema con el que cuentan; las infraestructuras devastadas por la guerra, las zonas con minas anti-persona o los lugares sin acceso al agua o la electricidad constituyen un reto a las comunidades locales. Sin embargo, no hay nada que la población siria no pueda afrontar: 23 escuelas de primaria han abierto sus puertas en el este de Alepo y, con ellas, vuelve la esperanza a territorio sirio.

Desde que comenzó la guerra civil en 2011, las consecuencias sociales han sido dramáticas: más de 400.000 muertos y una oleada inmensa de refugiados. Con este panorama de emergencia humanitaria, no es difícil imaginar que una gran mayoría de servicios sociales, como la salud o la educación, hayan sido arrasados.

Ahora, la reconstrucción de estos sistemas está en manos de la población siria, junto con el apoyo internacional.

La inestabilidad política y económica, incrementada lógicamente por el conflicto bélico entre Bashar Al Asad y los rebeldes, ha provocado que Siria sea catalogado como "estado frágil", etiqueta con lo que se escudan numerosos gobiernos occidentales para legitimar su inacción internacional.

Hasta ahora, se ha suministrado a Siria ayuda alimentaria de emergencia y protección militar. Pero lo que deben tener en cuenta es que la población siria está pidiendo desarrollo a largo plazo.

El desarrollo de un país no puede basarse en planes a corto plazo en el que únicamente se donan sacos de comida o ropa usada; su población también necesita que se comiencen a rehabilitar escuelas y centros de salud para que puedan dejar de depender de la ayuda internacional y sean capaces de construirse su propio destino y que este sea social, política y económicamente estable.

Ya se están desarrollando numerosas iniciativas por parte de su comunidad cuyo objetivo es reconstruir un sistema educativo que les permita labrarse su propio destino y recuperar a esa generación perdida de niñas y niños a los que se les ha robado su derecho a la educación. Estas iniciativas están fomentando, además de la rehabilitación de viejas escuelas, una educación no formal a través de carpas, con el objetivo de que los niños comiencen a adaptarse a un horario y una rutina. Algo que, tras tantos años expuestos al conflicto, no es nada fácil.

Conclusión

Tras años viendo ejecuciones públicas, la sumisión de la mujer o la falta continua de libertades, la Educación se constituye los cimientos sobre los que debe sostenerse el futuro de la población siria.

Ahora es el momento de que triunfe la sociedad civil a través de sus estrategias locales y la comunidad internacional no debe dar la espalda al pueblo sirio en ese proceso. Siria sabe perfectamente lo que necesita; nuestro deber es escucharla y colaborar con ella.